Conservación: riesgos de la obsolescencia de la tecnología

>>  lunes, 30 de julio de 2018

Patrimonio y conservación. ¿Está en peligro la memoria de la humanidad?

https://www.eldiarionuevodia.com.ar/

Universidades, bibliotecas y grandes archivos buscan digitalizar sus tesoros; sin embargo, en tiempos en los que casi todo se guarda en la Nube, los expertos advierten sobre los riesgos de la obsolescencia de la tecnología


Patrimonio y conservación. ¿Está en peligro la memoria de la humanidad?

El patrimonio digital del mundo corre el peligro de perderse para la posteridad", alertó la Unesco en octubre de 2003, en una carta pública que señalaba las causas de la amenaza: la obsolescencia de los equipos y programas informáticos, la incertidumbre en torno a su mantenimiento y la falta de legislación. "La evolución de la tecnología digital ha sido tan rápida y onerosa que los gobiernos e instituciones no han podido elaborar estrategias de conservación oportunas", advertía. Era uno de esos mensajes que caen como una bomba pero se diluyen a los pocos días. Ya nadie lo recuerda. Hoy la Nube es nuestro último salto de fe, la descarga despreocupada de patrimonios públicos y privados en los espacios etéreos de la red. Buena parte de lo que hacemos, escribimos y fotografiamos ahora está en línea. Suena tranquilizador, pero la pregunta surge sola: ¿hasta cuándo?
La esperanza de eternidad de la Nube se afianza en un razonamiento técnico (se evita el soporte físico con riesgo de desgaste) pero se debilita cuando se ponderan sus limitaciones, como la velocidad de producción del hardware y el flujo de energía que necesitan los servidores. Vivimos en un mundo de expansión digital descontrolada, que en 2013 ocupaba 4,4 zettabytes (1 ZB representa un billón de gigas) y crecerá diez veces más en 2020: casi tantos bits como estrellas en el universo. La capacidad de memoria crece a un ritmo más lento que la generación de datos. Los pesimistas creen que sólo una revolución como la informática cuántica podría preservar los archivos de todos, todo el tiempo, gratis y online.
La bibliotecaria Silvana Piga, que coordina las colecciones especiales y los archivos de la biblioteca Max von Buch en la Universidad de San Andrés, encontró un clima de desconfianza en la Nube cuando viajó a un encuentro de capacitación en digitalización organizado por la Universidad de Edimburgo. Los escoceses llevaban un doble archivo de las publicaciones científicas que recibían: suscripción a bases de datos digitales y custodia de las versiones impresas bajo condiciones de temperatura y humedad controladas. "Es un momento bisagra, que genera muchas dudas", dice Piga . "Las universidades estadounidenses compran espacio en la Nube pero nadie sabe qué pasa si se corta el acceso, qué cambios puede haber en el futuro ni cómo funciona la seguridad de los datos".
Durante el auge de la microfilmación, una tecnología surgida al calor de la Segunda Guerra Mundial y las intrigas de espionaje, nadie pensaba en el futuro. Una publicidad de un fabricante en los años 80 alentaba: "Microfilme y tire los originales". Era tentador. Los archivos que antes ocupaban una habitación de pronto entraban en cuatro rollos de microfilm. Aunque los rollos podían durar cien años, en unas décadas la tecnología fue reemplazada. "Ahora te dicen que digitalices todo. Es otro error", advierte Piga, que tiene bajo su custodia 20.000 cartas manuscritas de la comunidad británica e irlandesa en la Argentina, una colección que incluye correspondencia de 1825 y testimonios de la primera colonia escocesa resguardados por sellos de lacre. "Siento que trabajo con dinosaurios", se sincera. "Pero si esa gente hubiera usado Gmail, hoy no tendría nada".
En El Vaticano 
Algo parecido pensarán los responsables del Archivo Secreto Vaticano. A pasos de la Capilla Sixtina, sus 40 millones de páginas documentales incluyen el Codex Vaticanus(la transcripción de la Biblia más antigua, del siglo IV), la bula papal que excomulgó a Martín Lutero y un extracto del proceso a Galileo Galilei. De sus doce siglos de historia repartidos en 85 kilómetros de anaqueles, sólo se escanearon y convirtieron a texto digital unas pocas páginas. Las cosas podrían cambiar con el proyecto In Codice Ratio, de la Universidad Roma Tre, que combina inteligencia artificial con un software de reconocimiento óptico para rastrear los textos deteriorados y transcribirlos. "Si tiene éxito, podría abrir una cantidad incalculable de documentos en archivos históricos de todo el mundo", anticipó a fines de abril la revista The Atlantic.
Antes de subir nuestros archivos a la Nube, los cambios de formato ayudaban a poner los pies en la Tierra. Sabíamos que los contenidos podían desaparecer: hay datos que se borran, sitios que se pierden, información que ya no existe. Aunque a veces lo olvidábamos. Para celebrar los 900 años del Domesday Book -un registro general de Inglaterra- la BBC lanzó en 1986 el Domesday Project, una gran biblioteca digital multimedia sobre la vida cotidiana en Gran Bretaña. Unas 50.000 fotos y 25.000 mapas quedaron almacenados en doce LaserDiscs, un formato prometedor? que una década después prácticamente había desaparecido. Después de que un grupo de expertos lograra resucitar los archivos con técnicas de emulación, en 2011 el Domesday Reloaded estuvo, esta vez sí, disponible en Internet.
La caducidad del LaserDisc (como antes la de los diskettes de 5¼ y 3½, el Zip y el CD ROM, el DVD y el Blu-Ray) es la cara visible de un concepto angustiante, la obsolescencia tecnológica: la incapacidad de usar software o hardware cuando evoluciona la tecnología o intervienen factores externos como la humedad, las fallas eléctricas, los hongos biológicos y los virus informáticos. La dinámica se vuelve irritante con la obsolescencia programada: las técnicas de diseño y fabricación que limitan la vida útil aún cuando los componentes siguen funcionando. A finales del año pasado, Francia se convirtió en el tercer país (después de Estados Unidos e Israel) en cuestionar a Apple por estas prácticas, cuando una asociación de consumidores denunció ante la Fiscalía de la República que los iPhone 6 y 7 se ralentizaban a propósito después de actualizar el sistema operativo.
Arqueología digital 
De cualquier modo, la obsolescencia no desaparecerá. Los soportes, simplemente, seguirán envejeciendo. Algunas alternativas son la construcción de museos informáticos (preservan todos los equipos y programas antiguos, más copias y piezas de reparación) y la arqueología digital, que se parece un poco a la resignación. Como nosotros, las futuras generaciones tendrán que rescatar contenidos de medios dañados o de formatos antiguos. "En el futuro va a haber archivistas especializados en la recuperación de datos digitales", comenta Piga.
Sin embargo, ha surgido un soporte impensado. Tiene millones de años, puede durar siglos y no quedará obsoleto: el ADN, la memoria de la naturaleza. Los métodos de encriptación permiten que una secuencia de ácido desoxirribonucleico almacene datos digitales en código binario. En enero de 2013, un equipo del Instituto Europeo de Bioinformática, en Inglaterra, logró convertir en ADN los 154 sonetos de Shakespeare y 26 segundos del famoso discurso "Yo tengo un sueño" de Martin Luther King. Los datos pueden conservarse durante dos mil años, que podrían llegar al millón si se almacenan a 18° bajo cero en instalaciones como las del Banco Mundial de Semillas de Svalbard, Noruega.
Mientras tanto, la Universidad de Washington avanza en una técnica prometedora. En un paper presentado en abril de 2016, sus científicos e ingenieros electrónicos describieron el funcionamiento de un sistema completo de almacenamiento de datos digitales usando moléculas de ADN. El equipo logró codificar la información de cuatro archivos de imagen en las secuencias de nucleótidos (los compuestos orgánicos que forman las cadenas de ADN) y revertir el proceso, recuperando las secuencias para reconstruir las imágenes. "La vida ha producido esta molécula fantástica, que puede almacenar exitosamente cualquier tipo de información", celebró Luis Ceze, uno de los integrantes del equipo. "Estamos reutilizándola para almacenar fotos, videos y documentos de una forma manejable, por cientos o miles de años".
Con este método, la información que hoy llena el espacio de un hipermercado ocuparía el tamaño de un terrón de azúcar. Después de siglos de buscar afuera, la solución estaba adentro.
Fuente. La Nación 

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Seminario sobre archivos y derechos humanos

Archivos y derechos humanos
https://elperiodico.com.gt


El AHPN tiene un potencial que pocas colecciones poseen, que es la habilidad de aportar a procesos concretos de justicia, verdad y reparación.

El pasado viernes se celebró en las instalaciones del Archivo Histórico de la Policía Nacional, AHPN, un seminario sobre archivos y derechos humanos para discutir los logros y retos de la colaboración existente entre el archivo y la Universidad de Texas en Austin. El apoyo brindado por esta universidad se ha canalizado mayoritariamente a través de su reconocido Instituto de Estudios Latinoamericanos LILLAS-Benson y el Centro Rapoport de Derechos Humanos.

Aunque los acercamientos sobre un acuerdo colaborativo datan del 2006, la alianza se oficializó en 2011, cuando como parte del acto celebratorio, la Universidad de Texas permitió el acceso en línea a más de 13 millones de documentos del AHPN, evitando así la necesidad de cruzar fronteras para acceder al material pero también ayudando en su resguardo y protección.

El compromiso de los directores de los centros académicos y del personal de ambas instituciones en mantener la alianza es una muestra de cómo lastimosamente, el apoyo para el resguardo de la memoria muchas veces viene de fuera y no de instituciones y funcionarios de gobierno de Guatemala, quienes deberían ser los responsables de mantener las instituciones como el AHPN a flote, dar a conocer y valorar el trabajo que emerge de este centro.

A trece años de su descubrimiento, el AHPN ha logrado ser un rayo de luz para el proceso de justicia transicional en Guatemala, la cual no se limita solo a lo que pasa en los tribunales sino también del acceso y difusión de la verdad. Y aunque mucho se ha discutido sobre la naturaleza administrativa de este archivo, que va más allá de encontrar información explicita sobre violaciones a derechos humanos, la propia naturaleza administrativa del archivo revela datos importantes sobre la burocracia militar y autoritaria que gobernó y, que pareciera sigue gobernando a Guatemala, pero que completa un rompecabezas sobre la planificación y seguimiento de políticas de terror estatales implementadas para erradicar, silenciar, ajusticiar, re-educar y aterrorizar a todos aquellos que fueron catalogados como enemigos internos.

El AHPN tiene un potencial que pocas colecciones poseen, que es la habilidad de aportar a procesos concretos de justicia, verdad y reparación. Por lo tanto, los documentos resguardados se han convertido en aliados para investigadores nacionales y extranjeros, permitiendo el privilegio no solo de analizar la historia sino de aportar con nuestro trabajo a la construcción de la memoria histórica de un país que aún no termina de recuperarse de las heridas de la guerra. Ante esto, debe valorarse el trabajo que emerge de la alianza entre la Universidad de Texas y el AHPN porque nos enseña que, dentro de la lucha por la justicia y la verdad, nadie está solo.


Autor: 
María Aguilar

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Por equivocación destruyen expedientes de Archivo Judicial de Andalucía

>>  miércoles, 4 de julio de 2018

Destruyen por error cajas con 394 expedientes judiciales del archivo de la Junta de Andalucía
http://www.ideal.es/


El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía instó al órgano judicial a rehacer los procedimientos, de los que sólo lleva una decena terminados

El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Fuengirola tiene un largo camino por delante después de que, por error, se destruyeran 78 cajas de procedimientos judiciales que se encontraban en el archivo que la Junta de Andalucía tiene en una nave del Parque Tecnológico. Y es que, después de tener conocimiento de lo ocurrido, la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) instó al órgano judicial a que reconstruya los 394 expedientes que se encontraban en el interior de las cajas afectadas.

Tal y como adelantó ayer este periódico, los documentos judiciales fueron destruidos por error en octubre, aunque no fue hasta meses más tarde cuando, al reclamar el juzgado en cuestión un procedimiento judicial, se tuvo conocimiento de lo que había ocurrido. Desde la Junta han indicado que entonces se averiguó que la empresa adjudicataria que se encarga de la gestión del archivo judicial se equivocó en la entrega de las cajas que debían ser destruidas: «Unas estaban junto a otras y les dieron las que no eran».

El propio juzgado emitió hace solo unos días una diligencia en la que explicaba: «Por causas que no pueden discernir, 78 cajas correspondientes al Juzgado de Primera Instancia número 1 de Fuengirola tuvieron salida junto con las cajas que componían la Sección 9º de expurgo, y por tanto fueron destruidas con éstas y entre los procedimientos destruidos se encuentra el presente».

Precisamente, el expediente al que se refiere este documento judicial será uno de los primeros que deban reconstruirse. Desde el TSJA han asegurado que la Sala de Gobierno ordenó al Juzgado de Primera Instancia número 1 de Fuengirola que rehaga los procedimientos que han sido destruidos, «en especial y con carácter inicial de aquellos pendientes de diligencias solicitadas por la parte», como es este último caso. Según ha podido saber este periódico, hasta la fecha han sido reconstruidos una decena de procedimientos.

No se trata de una tarea sencilla. La forma de proceder se encuentra recogida en la Ley de Enjuiciamiento Civil, en la que se explica, entre otros aspectos, que las partes deben aportar los documentos para la reconstrucción del expediente. En el supuesto de que no existiera ninguna controversia sobre los extremos que afecten a la reconstrucción, el letrado de la Administración dictará decreto declarando reconstituidas las actuaciones.

Pero si hay desacuerdo, sea total o parcial, el letrado de la Administración convocará a las partes y al Ministerio Fiscal a vista ante el Tribunal, en la que se propondrá la prueba que sea precisa. En este caso, el Tribunal resolverá mediante auto la forma en que deben quedar rehechas las actuaciones, o la imposibilidad de su reconstitución. Contra esta resolución judicial podrá interponerse recurso de apelación.

Nuevo archivo

En cuanto a las quejas que ha recibido la Junta por parte de diversos sindicatos criticando la situación de los archivos judiciales en Málaga, sobre los que han llegado a decir que se encuentran colapsados, desde el Gobierno andaluz han manifestado que actualmente se está elaborando un pliego de condiciones para sacar a concurso la contratación de una nueva nave de 45.000 metros cuadrados para dedicarla al archivo de expedientes judiciales. Actualmente, se usan con este fin varios depósitos en los bajos de la Ciudad de la Justicia y en los Juzgados de Fuengirola, así como una nave en el Parque Tecnológico de Andalucía.

Desde la Junta han señalado que este concurso ya se celebró el año pasado. Sin embargo, han apuntado que quedó desierto, ya que solo se presentó una empresa al mismo, pero esta no reunía las condiciones necesarias para la adjudicación.

Autor: ÁLVARO FRÍAS Y JUAN CANO

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