viernes, 5 de septiembre de 2025

El archivo secreto de Virgil Abloh

El archivo secreto de Virgil Abloh
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Samuel Hine

En los años transcurridos desde la muerte del que fuera director creativo de Off-White y Louis Vuitton, un equipo de archivistas ha catalogado incansablemente una de las colecciones privadas de moda más notables conocidas. 
Aquí te la enseñamos en primicia.

A principios de este año, este año, me abrieron la puerta de un almacén anodino situado en algún lugar de Chicago. En el interior, tras atravesar varias puertas de seguridad y una verja cerrada, accedí a un almacén privado, un laberinto de estanterías que se extendían del suelo al techo, cargadas de millares de idénticas cajas grises.

Me venía a la mente la escena final de En busca del arca perdida. Pocas personas —aparte del reducido personal con guantes blancos que había organizado con esmero el contenido—, saben que se trata de uno de los depósitos más significativos y valiosos de la historia de la moda moderna: la colección de zapatillas de Virgil Abloh.

Así es como conocí el Virgil Abloh Archive (VAA) o, al menos, la mitad de lo que atesora. El archivo —fruto de tres años de búsqueda y clasificación del ingente material del difunto diseñador—, se custodia en estas instalaciones de Chicago y en otro almacén secreto en Milwaukee. En conjunto, albergan unas 20.000 prendas, zapatos, bolsos, documentos, obras de arte y recuerdos personales que pertenecieron a la fuerza creativa más prolífica de su época.

Abloh quería dejar un legado. Mucho antes de convertirse en famoso protagonista de retrospectivas museísticas, ya había desarrollado un instinto agudo para saber qué conservar. Cuando estudiaba arquitectura, ya guardaba sus cuadernos y carpetas en una caja de cartón, el primero de los muchos depósitos que vendrían después. “Paralelamente a su práctica como creador, Virgil tendía a trabajar y pensar de forma archivística”, afirma su colaborador Mahfuz Sultan, codirector del archivo.


En 2022, un año después de la muerte de Abloh a causa de un extraño tipo de cáncer, su mujer, Shannon, contrató a un equipo de archivistas profesionales para que rastrearan las pertenencias de Abloh por todo el mundo. “El Archivo Virgil Abloh es mi forma de compartir a Virgil con el mundo, no solo su obra, sino también su espíritu, su proceso [de trabajo] y su humanidad”, explica Shannon Abloh. “Quiero que sean partícipes de la infinita curiosidad de Virgil, que entiendan cómo pensaba y cómo creaba”. Recopilar todo el archivo supuso un trabajo inmenso. Solo el material que VAS recuperó de las oficinas del diseñador en París llenó siete contenedores.

Tras tres días inspeccionando el archivo, ya pude intuir cómo brotaban las ideas del cerebro de Abloh. Lo vi especialmente en una maqueta conceptual de zapatillas Nike x Prada y en una colección para Louis Vuitton que garabateó en hojas sueltas mucho antes de conseguir el puesto (resulta que el rey del WhatsApp era un dibujante compulsivo).

6.000 pares de zapatillas de ABLOTH guardadas ordenadas en cajas grises de archivo

Otros objetos personales más mundanos —billetes de avión en clase turista, pases de acceso total o iPhones estropeados que iba acumulando a medida que ascendía a la cima de la moda— me resultaron aún más conmovedores, pero también muy reveladores. Había también objetos que dolía ver por su potencial perdido, como un par de robustas tijeras de plata que tenía previsto fabricar en colaboración con el artista Sterling Ruby.

Sultan especula con la posibilidad de que Abloh estuviera preparándose para exponer su archivo de alguna forma antes de morir. “Estaba diseñando todo tipo de armarios y vitrinas con la vista puesta en la exposición museológica”, afirma. Abloh solía bromear diciendo: “Todo lo que hago es para la versión de 17 años de mí mismo”. Y ése es el espíritu con el que VAS pretende abrir el archivo al público. Shannon afirma: “Mi esperanza es que, a través de sus ideas y su vasta colección, las futuras generaciones puedan construir sobre la obra de Virgil y dejar su propia huella”. Este mes de septiembre se inaugura en el Grand Palais de París la primera exposición pública de la VAA, Virgil Abloh: The Codes, comisariada por Mahfuz y Chloe Sultan.

¿Qué pretendía realmente Abloh? Como señaló el diseñador en una ocasión, Marcel Duchamp (a quien llamaba descaradamente su “abogado”) solo necesitó 13 objetos encontrados para cambiar la historia del arte. Y en efecto, con un puñado de franelas serigrafiadas y otras tantas zapatillas, Abloh canalizó una nueva energía moderna y remodeló la moda. Pero desde mi punto de vista, el propio archivo parecía su obra más importante, como si siempre hubiera sabido que su contribución más significativa sería abrir las puertas de su singular universo creativo para que lo descubriera una nueva generación. Y no creo que estuviera ni siquiera cerca de terminar. Al final del tercer día, mientras rebuscaba entre los recuerdos de su oficina de París, mis ojos se posaron en una pila de cuadernos blancos y azules. Hojeé las páginas vacías, preguntándome con qué las habría llenado, cuántos almacenes más habría necesitado si su vida no hubiera sido tan corta.


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