ARCHIVOS RELACIONADOS CON LOS PREMIOS NOBEL PUEDEN ABRIRSE 50 AÑOS DESPUÉS DE LA ENTREGA DE LOS PREMIOS
>> miércoles, 19 de octubre de 2011
El triunfo secreto de la CIA
http://rusiahoy.com/
19/10/2011/ Anatoli Koroliov, RiA
Novosti
La Academia Sueca establece que los archivos
relacionados con los premios Nobel pueden abrirse 50 años después de la entrega
de los premios. Los documentos de octubre de 1958 han sido desclasificados hace
poco. El año 1958 es emblemático para la cultura rusa: la Academia otorgó el
premio Nobel de Literatura al poeta soviético Borís Pasternak.
Finalmente podrán
estudiarse los detalles del mayor escándalo en la historia de los premios
Nóbel.
La historia de la
concesión del prestigioso galardón a Pasternak ha sido coronada por una noticia
verdaderamente detectivesca: se ha sabido que la propia CIA influyó en la
decisión de la Academia. La agencia de inteligencia estadounidense estuvo
implicada en la primera impresión de la versión rusa de Doctor Zhivago sin la
cual no habría sido posible postular a Pasternak para el premio ya que el
Comité del Nobel sólo analiza obras de ficción en su versión original.
No es necesario aclarar
que Pasternak no tenía vinculación alguna con la CIA. Fue su genio literario el
que fue utilizado como una arma en la Guerra Fría. Hasta hace poco esta
historia había estado rodeada por un halo de misterio. Solamente gracias a la
insistencia del filólogo Iván Tolstói (descendiente del famoso escritor) se ha
podido desvelar el secreto. El estudioso ha tardado veinte años en resolver el
enigma.
Borís Pasternak comenzó a
escribir su emblemática novela poco tiempo después de que finalizara la II
Guerra Mundial, en 1946, y la terminó diez años después. En enero de 1956
Pasternak comenzó a preguntarse cuál sería el siguiente paso. La novela que se
llamaría Doctor Zhivago (el título original era “La vela encendida”) se oponía
a los principios de la literatura soviética. ¿Debía simplemente archivarla
hasta que llegasen tiempos mejores? Pero, ¿cuándo llegarían esos buenos
tiempos, si es que llegaban? Por otro lado, el escritor ya no era un hombre
joven.
Pasternak decidió que
intentaría obtener el permiso para la publicación y llevó la novela a la famosa
publicación literaria Novy Mir. Al mismo tiempo, entregó una inmensa carpeta
con el manuscrito al joven periodista italiano Sergio D’Angelo. El italiano iba
en búsqueda de nuevas novelas soviéticas para Giangiacomo Feltrinelli, en
aquella época un joven y ambicioso editor italiano con ideas comunistas que
residía en Milán. Tras enterarse de la existencia de la obra el periodista
italiano viajó de inmediato al poblado de Peredélkino, en las afueras de Moscú,
donde vivía el escritor. Pasternak le entregó el manuscrito sin dudarlo.
Al enterarse Zinaida,
segunda esposa del escritor, casi le dio un ataque de llanto. No sabía cuáles
podían ser las consecuencias: arresto, campo de trabajos forzados, separación.
El poeta trataba de mantener una mirada positiva y de transmitir confianza a su
familia, aunque sentía que el mundo se le venía abajo. Sin embargo, decidió
meterse de lleno en el asunto y entregó otras dos copias más: una al ensayista
y filósofo Isaiah Berlin y otra a Helene Peltier, especialista francesa en
estudios eslavos.
Poco después la CIA se
enteró de la existencia de la novela y la sección rusa de la Agencia comprendió
muy bien los beneficios políticos que podrían obtenerse publicando una novela
que sería prohibida en su país de origen. Sólo faltaba obtener el texto. Es
precisamente en este momento donde tiene lugar el episodio más misterioso. Se
ordenó que el avión que transportaba a D'Angelo aterrizara en el aeropuerto de
Malta. El piloto se disculpó por dicha escala. Los pasajeros estaban molestos y
se dirigieron a la sala de embarque mientras unos agentes de la CIA encontraron
el maletín que contenía la novela. La fotografiaron página a página y la
volvieron a colocar. Dos horas después el avión despegó. Los pasajeros llegaron
a su destino, mientras que el italiano ignoraba por completo lo que acababa de
suceder.
Casi al mismo tiempo, la
KGB se enteró de que la novela de Pasternak había viajado al exterior y comenzó
a formarse una bola de nieve. La revista Novy Mir rechazó la obra y reprendió
al poeta por el inadmisible texto. La KGB y el Comité Central del Partido
Comunista Soviético ejercieron presión sobre el editor milanés a través del
Partido Comunista italiano para que no publicara la novela, aunque Feltrinelli
se negó y la publicó e incluso, a modo de protesta, renunció al partido.
El 23 de noviembre de 1957
se agotó la versión italiana de la novela y se superaron todas las
expectativas. La primera edición, de 12.000 ejemplares, se vendió en cuestión
de días. Se imprimían copias cada dos semanas y la expectación no paraba de crecer.
La novela se haría famosa en todo el mundo y sería traducida al inglés, al
alemán, al español y al francés. En la primavera de 1958, Albert Camus propuso
a Pasternak para el premio Nobel.
Sin embargo, de acuerdo
con las normas del Comité del Nobel, la novela debía presentarse en su versión
original, para lo cual la versión copiada por la CIA venía bien. En esta
situación contrarreloj cada hora que pasaba era muy valiosa. La CIA aportó
fondos para la urgente publicación de la novela en ruso. Con el fin de ocultar
los rastros del robo, la Agencia de Inteligencia crearía manuscritos de las
fotocopias y, en agosto de 1958, imprimió la versión rusa en la editorial
Mouton de La Haya, sin pagar los correspondientes derechos de autor.
De modo que la Academia
Sueca ya no tenía obstáculos para otorgar el Premio a Pasternak y el
reconocimiento llegaría al Gobierno soviético el 23 de octubre de 1958. Borís
recibió el Nobel por “sus sobresalientes méritos en la poesía lírica moderna y
por continuar las tradiciones de la gran novela rusa”.
El escritor envió un cable
en respuesta en el que decía estar: “Inmensamente agradecido, conmovido,
orgulloso, sorprendido, avergonzado”.
El escritor tenía la
esperanza de ir a Estocolmo y recibir el premio Nobel de manos del Rey de
Suecia, pero las autoridades “convencieron” a Olga Ivínskaya, la mujer que él
amaba y sobre la que se basó el personaje de Lara de la novela, para que no
fuera. Pasternak, entristecido por las consecuencias y temiendo lo que pudiera
ocurrirle a su amada, envió otro cable a Estocolmo rechazando el premio.
La operación de la CIA fue
un éxito. La Unión Soviética recibió un sonoro golpe. La historia de Pasternak
mostró el demoledor poder de la literatura antisoviética en Occidente. El
escritor había allanado el camino a toda una serie de publicaciones que serían
coronadas por el sensacional Archipiélago Gulag, por el cual el disidente
Alexánder Solzhenitsyn también obtendría el prestigioso premio de la Academia
Sueca.
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