DESAPARECEN ARCHIVOS EN EL HOSPITAL DE AVILES
>> lunes, 30 de abril de 2012
«En el Hospital Avilés han desaparecido los archivos de los años 70 y 80»
http://www.elcomercio.es/ 30/04/2012
C. M. G., una de las madres que investigan la muerte de su bebé en el centro, afirma que cuando fue a recabar los datos le dijeron que los documentos «ya no estaban»
«Mi hijo nació llorando, aunque a mí nunca me lo enseñaron. Horas más tarde, una monja gritó desde el pasillo: 'El hijo de C. ha muerto'»
Una vecina de Avilés, C. M. G., ha sido la primera en denunciar abiertamente «la desaparición de los archivos del Hospital Avilés» de los años 70 y 80, según la contestación recibida ante su consulta, dentro de las investigaciones que esta misma persona sigue para tratar de desvelar si su caso es uno más de los que se conocen ya como los de los niños robados.
El de C. M. G. se suma así al caso concreto de la familia que sigue pendiente de una decisión judicial y cuyos pormenores desveló en su edición de ayer LA VOZ DE AVILÉS, junto a otro más que acaba de iniciar el procedimiento de denuncia también en los Juzgados.
C. M. G. dio a luz al que iba a ser su segundo hijo el 28 de agosto de 1970. Esta mujer, que llegó a la edad de once años a Avilés, ciudad en la que sigue viviendo, tuvo un total de cinco partos, sin ningún tipo de complicación. El que iba a ser su segundo hijo nació a media tarde y lo hizo «llorando», como sucede con todos los recién nacidos, «pero a mí no me lo enseñaron en ningún momento. La comadrona, incluso, me dijo textualmente que no me hiciera ilusiones 'porque es muy pequeño'». Horas más tarde, sobre la medianoche, «una monja, desde el pasillo, porque ni siquiera entró en mi habitación, casi gritó: 'El hijo de C. se murió'. Mi marido me comentó por la mañana que los de Santa Lucía (compañía de seguros) le habían entregado un bebé muerto, que está en La Carriona. Él mismo llevó la caja».
La familia superó la pérdida con el tiempo, como suele suceder en estos casos, y nunca más se volvió a hablar de ello. Sólo desde que en 2010 empezaran a denunciarse los primeros casos de los niños robados, C. M. G., viuda desde hace unos años, y madre de cuatro hijos, comenzó a darle vueltas tras recordar que lo que a ella le había sucedido en agosto de 1970 podía tener algunas características similares con las historias que empezaron a conocerse a nivel nacional. Por ello, sin avisar a sus hijos, decidió dar los primeros pasos para tratar de despejar cualquier duda.
«Y lo primero que hice fue acudir al Hospital Avilés para ver los archivos y saber cómo había quedado registrada la muerte de mi hijo. La sorpresa fue enorme cuando la madre superiora me dice que los archivos habían desaparecido. Y yo me quedé helada», explica ahora C. M. G..
Para esta mujer, «es poco creíble que los archivos de un hospital puedan desaparecer, salvo que haya habido un incendio o un desastre similar, y no creo que éste sea el caso del Hospital Avilés». Decepcionada con esta primera realidad, decidió seguir adelante, aunque la segunda experiencia tampoco se puede decir que fuera demasiado alentadora. «Pedí el certificado del nacimiento y allí se expone que yo había sufrido un aborto. Y no es cierto. El parto fue prematuro, pero yo sé bien que mi hijo nació llorando, eso no me lo va a negar nadie», asegura.
Más animada aún con estas dos experiencias negativas, C. M. G. va a seguir adelante con unas pesquisas que inició el verano pasado, con su primera entrevista con una asistenta social. «Mi intención es conseguir abrir el nicho del cementerio y que se hagan las pruebas del ADN». Será la única forma de saber algo más sobre un hijo que ahora tendría 41 años y que, sin llegarlo a ver, le dijeron que había muerto. De momento, lo primero que denuncia es la desaparición de los archivos del Hospital Avilés, en donde ella esperaba encontrar los primeros indicios de una investigación que no piensa detener hasta que no encuentre una respuesta que le satisfaga.
http://www.elcomercio.es/ 30/04/2012
C. M. G., una de las madres que investigan la muerte de su bebé en el centro, afirma que cuando fue a recabar los datos le dijeron que los documentos «ya no estaban»
«Mi hijo nació llorando, aunque a mí nunca me lo enseñaron. Horas más tarde, una monja gritó desde el pasillo: 'El hijo de C. ha muerto'»
Una vecina de Avilés, C. M. G., ha sido la primera en denunciar abiertamente «la desaparición de los archivos del Hospital Avilés» de los años 70 y 80, según la contestación recibida ante su consulta, dentro de las investigaciones que esta misma persona sigue para tratar de desvelar si su caso es uno más de los que se conocen ya como los de los niños robados.
El de C. M. G. se suma así al caso concreto de la familia que sigue pendiente de una decisión judicial y cuyos pormenores desveló en su edición de ayer LA VOZ DE AVILÉS, junto a otro más que acaba de iniciar el procedimiento de denuncia también en los Juzgados.
C. M. G. dio a luz al que iba a ser su segundo hijo el 28 de agosto de 1970. Esta mujer, que llegó a la edad de once años a Avilés, ciudad en la que sigue viviendo, tuvo un total de cinco partos, sin ningún tipo de complicación. El que iba a ser su segundo hijo nació a media tarde y lo hizo «llorando», como sucede con todos los recién nacidos, «pero a mí no me lo enseñaron en ningún momento. La comadrona, incluso, me dijo textualmente que no me hiciera ilusiones 'porque es muy pequeño'». Horas más tarde, sobre la medianoche, «una monja, desde el pasillo, porque ni siquiera entró en mi habitación, casi gritó: 'El hijo de C. se murió'. Mi marido me comentó por la mañana que los de Santa Lucía (compañía de seguros) le habían entregado un bebé muerto, que está en La Carriona. Él mismo llevó la caja».
La familia superó la pérdida con el tiempo, como suele suceder en estos casos, y nunca más se volvió a hablar de ello. Sólo desde que en 2010 empezaran a denunciarse los primeros casos de los niños robados, C. M. G., viuda desde hace unos años, y madre de cuatro hijos, comenzó a darle vueltas tras recordar que lo que a ella le había sucedido en agosto de 1970 podía tener algunas características similares con las historias que empezaron a conocerse a nivel nacional. Por ello, sin avisar a sus hijos, decidió dar los primeros pasos para tratar de despejar cualquier duda.
«Y lo primero que hice fue acudir al Hospital Avilés para ver los archivos y saber cómo había quedado registrada la muerte de mi hijo. La sorpresa fue enorme cuando la madre superiora me dice que los archivos habían desaparecido. Y yo me quedé helada», explica ahora C. M. G..
Para esta mujer, «es poco creíble que los archivos de un hospital puedan desaparecer, salvo que haya habido un incendio o un desastre similar, y no creo que éste sea el caso del Hospital Avilés». Decepcionada con esta primera realidad, decidió seguir adelante, aunque la segunda experiencia tampoco se puede decir que fuera demasiado alentadora. «Pedí el certificado del nacimiento y allí se expone que yo había sufrido un aborto. Y no es cierto. El parto fue prematuro, pero yo sé bien que mi hijo nació llorando, eso no me lo va a negar nadie», asegura.
Más animada aún con estas dos experiencias negativas, C. M. G. va a seguir adelante con unas pesquisas que inició el verano pasado, con su primera entrevista con una asistenta social. «Mi intención es conseguir abrir el nicho del cementerio y que se hagan las pruebas del ADN». Será la única forma de saber algo más sobre un hijo que ahora tendría 41 años y que, sin llegarlo a ver, le dijeron que había muerto. De momento, lo primero que denuncia es la desaparición de los archivos del Hospital Avilés, en donde ella esperaba encontrar los primeros indicios de una investigación que no piensa detener hasta que no encuentre una respuesta que le satisfaga.
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