Tras la caída del muro, los archivos desclasificados revelarían la verdad...

>>  lunes, 10 de noviembre de 2014

Historias del Muro
http://www.elmundo.es/ 10/11/2014

Tiende el tiempo a remover entre sus fauces las historias de la miseria, de los malos momentos, las guerras y las crisis. Nunca de los buenos instantes, las alegrías o los días de sol. Era Tolstoi el que decía aquello de que "las familias felices no producen novelas". Y no le faltaba razón. La tragedia, a menudo, ha tenido un interés literario y periodístico evidente, más rentable que la dicha, agigantado constantemente por la trituradora de los años. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. Como se demostró en el 25 aniversario de la caída del muro. La fecha en que los relatos olvidados vuelven a ser reescritos. Al fin y al cabo, tiene mucho que celebrarAlemania, unida desde aquel entonces, refugio de emigrantes españoles, turcos, italianos, serbios o bosnios en busca de trabajo. Prospera a pesar de la depresión económica. También en lo futbolístico, donde exhibe una Bundesliga saneada, erigida como la tercera mejor competición de Europay que se vio reforzada por aquellos jugadores procedentes de la RDA que se fueron incorporando a partir del 9 de noviembre de 1989. Toca, por tanto, volver a hablar de aquellos personajes. En este caso, de Erich Mielke, presidente del Dynamo Berlín y jefe del Stasi -servicio secreto-;Lutz Eigendorf, el 'Beckenbauer del este'; Helmut Klopfleisch,aficionado del Hertha; y, por supuesto, de cada uno de esos equipos que hoy en día residen en las catacumbas del fútbol germano.


El octogenario Erich Mielke fue apodado por los aficionados como 'el viejo'Erich para diferenciarlo de su tocayo Honecker, jefe de Estado, al que llamaban 'el joven' porque sólo tenía 70 años. Él representó la cara más amarga del fútbol de la RDA. Como jefe del Stasi -servicio secreto- tenía informadores en la policía, espiaba a decenas de jugadores, quince árbitros de la Oberliga -nombre con el que se bautizó a la competición del este- y tres seleccionadores, según los archivos desclasificados. Y como 'buen' aficionado al fútbol, se hizo presidente del Dynamo de Berlín, equipo que -casualidades de la vida- ganó diez veces consecutivas el título entre 1979 y 1988, con reiterados penaltis pitados a su favor en el último minuto. Su labor durante los 34 años que estuvo al frente del club no se redujo tan solo a comprar los partidos, sino también a captar a los mejores jugadores -como Thomas Doll- y evitar que éstos salieran del país en los partidos internacionales.


Lotz Eigendorf fue uno de aquellos futbolistas que trataron de huir. O, mejor dicho, que lo consiguieron. El prometedor centrocampista fichó por el Dynamo a los 14 años. Su buen toque de balón, su capacidad para incorporarse al ataque y su enorme recorrido lo volvieron a bautizar como 'el Beckenbauer del este' .Era el jugador perfecto para convertirse en ídolo del comunismo. Sin embargo, su aversión por el régimen, le hizo pedir asilo en un partido internacional. Huyo sin que lo pudieran evitar, pero, al mismo tiempo, firmó su sentencia de muerte. Cuatro años después, se estrellaba en un accidente de tráfico. Tras la caída del muro, los archivos desclasificados revelarían la verdad: el Stasi había ordenado"matar al traidor" y el coche, por tanto, no se estrelló por culpa de Lotz.

Tanto Mielke como Eigendorf fueron protagonistas en la novela que se escribió aquellos días. Los aficionados, sin embargo, fueron secundarios. Nadie los tuvo en cuenta. Berlín se dividió en dos mitades y en tres equipos de renombre, uno de ellos en occidente, el Hertha; y los otros dos en oriente: Unión y Dynamo. ¿Consecuencia? Muchos seguidores, como cuenta Simon Kuper en'Fútbol contra el enemigo', se quedaron sin club al que animar en la noche del 13 de agosto de 1961. Como fue el caso de Helmut Klopfleisch,fan confeso del Hertha. Él, electricista de profesión, fue interrogado varias veces por el Stasi a colación de su gusto por el fútbol occidental y se salvó de un castigo mayor porque era amigo de Franz Beckenbauer. O eso es lo que le dijo a los servicios secretos después de que lo arrestaran con una foto en la que aparecía con el futbolista. Bendita su 'amistad' con el Káiser.

Historias todas ellas que se han diluido, como la del único partido que enfrentó a ambos países -en el Mundial del '74-, con victoria de la RDA por la mínima (0-1) con un gol de Sparwasser, que posteriormente huyo a occidente. O la Recopa conseguida por el Magdeburgo ante el Milan. Recuerdos de otro tiempo. Relatos novelescos de familias infelices. Literarios todos ellos. Y que siguen alimentándose hoy en día de la tristeza de aquellos equipos que formaron parte de la RDA, hundidos en ligas menores (Dynamo Berlín, Dynamo de Dresden...) y con alguno que otro que sobrevive en la Bundesliga II como el Unión Berlín. En definitiva, historias del muro que conviene recordar 25 años después para que no se repitan. Colocar barreras nunca fue ni será una buena solución.

@Davidlpalomo

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