ARCHIVO DE PRESOS EN EL FRANQUISMO AL ARCHIVO DE LA MEMORIA
>> viernes, 12 de marzo de 2010
El Centro de la Memoria recibe los documentos sobre los presos condenados a trabajos forzosos en el franquismo
Es uno de los aspectos más crueles de la represión ideológica desarrollada por el franquismo fundamentalmente en los primeros años tras la contienda. Los trabajos forzados, la posibilidad de “redimir penas por trabajo”, creó un amplio colectivo conocido como “los esclavos de Franco”. Miles y miles de personas cuya historia podrá ser más conocida gracias a la entrega al Centro Documental de la Memoria de las 145 cajas procedentes del Tribunal de Cuentas con los “extractos de revista” de los campos de concentración.
La subsecretaria de Cultura, Mercedes Palacio, destacó durante el acto de entrega que “actos como este contribuyen a reestablecer la dignidad y la memoria de aquellos españoles que perpetraron el delito de pensar y ser distintos, de defender la democracia y el régimen constitucional que habían respaldado los ciudadanos en las urnas”.
A través de estos fondos, las propias víctimas o sus herederos han podido tener acceso en los últimos años a indemnizaciones, tarea de certificación que a partir de ahora se ejercerá desde el Centro de la Memoria.
Mercedes Palacio, acompañada por el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, depositó en el centro salmantino las más de 150.000 páginas relativas a esta brutal forma de represión que se tradujo en campos de trabajos forzados y batallones de soldados trabajadores.
La subsecretaria de Cultura recordó que “pantanos, ferrocarriles, hospitales militares, canales privados, multitud de obras públicas y privada se levantaron con el trabajo de estos miles de hombres y mujeres que sufrieron en sus carnes y en las de sus más allegados la brutal represión que siguió a la victoria”, dando cuenta de “desventuras personales de una tragedia colectiva”.
Los extractos depositados en el Centro de la Memoria contienen listados de las altas y bajas de los reclusos que se producían cada mes, los días devengados por cada preso, así como información sobre su procedencia, su destino –si eran trasladados a otro campo, hospitalizados o puestos en libertad- y las características de los trabajos que llevaban a cabo.
Trabajos, recordó Mercedes Palacio, como la reedificación de Brunete o la construcción en la provincia de Zamora de un tramo de ferrocarril de la línea Madrid – La Coruña, según los datos procedentes de depósitos de concentración como los de Cervera, de prisiones militares como la de Salamanca, o de campos de clasificación y concentración de prisioneros de guerra, como los de Aranda de Duero, San Pedro de Cardeña, San Marcos de León o el de Miranda de Ebro, el campo de concentración que más prolongó su actividad, hasta el año 1947.
0 comentarios :
Publicar un comentario