BARRY LANDAU UNO DE LOS MÁS GRANDES LADRONES DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS
>> viernes, 30 de septiembre de 2011
El mayor ladrón de memorabilia histórica de Estados
Unidos
http://www.abc.es/
30/09/2011/ EMILI J. BLASCO
Regalaba galletas y
pastelitos a los empleados de archivos y bibliotecas para caer simpático y
distraerlos mientras él y su compinche robaban documentos que introducían en
chaquetas con bolsillos especiales.
Barry Landau, el coleccionista con mayor número de objetos
relacionados con los presidentes estadounidenses -se calcula que la
colección alcanza el millón de piezas- está siendo juzgado en Baltimore. El FBI
le ha confiscado 10.000 items, de los cuales 2.500 han podido ya ser
atruibuidos a robos y cuyo valor en el mercado podría alcanzar varios millones
de dólares.
Landau, que en ocasiones
aseguraba haber trabajado en la Casa Blanca para ocho presidentes -“siempre
detrás de la cortina y con integridad”, había afirmado en un acto público-,
comenzó su colección a los diez años, cuando en 1958 escribió una carta en Eisenhower diciéndole
que su mujer era “muy guapa” y pidiéndole un autógrafo.
Se desconoce cuándo
comenzó a hurtar “memorabilia”, pero el volumen de la actividad delictiva de
Landau, de 63 años, hace suponer que llevaba tiempo en ello. En sus últimas
acciones contaba con un
cómplice, Jason Savedoff, de 24
años. Se presentaban ante las instituciones como tío y sobrino, aunque no
tienen parentesco.
Les puede caer una condena
de 15 años de prisión. Landau se encuentra en situación de arresto
domiciliario en su domicilio de Nueva York; para pagar la fianza pidió al FBI
poder vender algunos objetos de su colección que no tenían un origen delictivo.
Los robos no solo tenían
por objeto agrandar la colección, sino también obtener beneficios con su venta.
El mercado de documentos históricos estadounidenses mueve anualmente entre 30 y 50 millones de dólares, según estimación del “Wall Street Journal”. Los
robos venían falicitados por el poca seguridad que existe en muchos archivos y
bibliotecas.
La Maryland Historical Society, por ejemplo, que ha sido la que denunció a la pareja
de ladrones, ha reducido su personal en un 70% en los últimos diez años, sin ya
prácticamente nadie que supervise las salas de lectura.
Entre las piezas hurtadas
se encuentran una carta de Benjamin Franklin de 1780, sustraída en este caso de
la New York Historical Society, y discursos de Franklin Roosevelt procedentes
de su museo, que luego fueron vendidos por 35.000 dólares cada uno.
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