‘50 años recuperando historias’
>> martes, 27 de octubre de 2015
Acervo privado sobre la historia de México, abierto al público en general
http://todotexcoco.com/ 15/10/2015
El Centro de Estudios de Historia de México (CEHM), de la Fundación Carlos Slim, cumple medio siglo de darle un valor a la historia a través de la continua adquisición y recepción de fondos documentales o libros, que lo han consolidado como una de las instituciones privadas con mayor acervo. Como parte de la celebración, el próximo 8 de diciembre se inaugurará una exposición en el Museo Soumaya en la cual el público podrá contemplar las piezas originales que conforman sus tesoros más valiosos.
Así lo anunció el director de ese organismo cultural, doctor Manuel Ramos Medina, en la conferencia inicial del ciclo ‘50 años recuperando historias’, organizado con motivo ese quincuagésimo aniversario y que continuará todos los miércoles hasta el 9 de diciembre, cuando la historiadora Josefina Moguel disertará sobre los personajes en los archivos históricos de la Revolución Mexicana.
“A través de estas cinco décadas el CEHM ha impulsado la historia de la cultura en México para crear conciencia de lo que es el cuidado de nuestra memoria histórica”, dijo Ramos Medina, quien una vez más puso de manifiesto sus dotes de gran y ameno conversador para hacer la crónica puntual sobre la fundación del Centro.
En su charla titulada ‘Historia del Centro de Estudios de Historia de México’, destacó que en 50 años este sitio ha logrado una continuidad en su quehacer, pues no ha dejado de adquirir y recibir fondos documentales o libros, con lo cual reúne ya una de las colecciones más importantes en manos privadas.
Y recordó que hace casi dos décadas el CEHM fundó la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privados como una forma de tener contacto con otras instituciones, además de que se invitó a otros archivos y bibliotecas menos conocidos pero cuyo patrimonio es muy valioso, para que se dieran a conocer a través de la institución a su cargo.
La gestación del proyecto tuvo lugar hacia fines de 1964, cuando el entonces director general de empresa Condumex Ricardo García Sainz -quien por cierto falleció recientemente- escuchó de su amigo el reconocido bibliófilo José Ignacio Conde la idea de crear una fundación cultural para el resguardo de documentos históricos de México, en tiempos en que no había una conciencia de la importancia de la protección de los archivos.
Y aunque García Sainz ya no alcanzó los festejos del cincuentenario -este año y el siguiente- se sentía orgulloso de su obra -“porque a él se debe y reconoce la fundación del Centro”-, de la continuidad que le dio Condumex en su primera etapa y de que Grupo Carso se haya encargado de la manutención del CEHM a partir de 1992.
Al hacer una balance de este primer medio siglo del CEHM, el doctor Ramos Medina comentó que el primer periodo fue un tiempo fundacional de acopio de grandes archivos y bibliotecas; la segunda época significó un cambio en la dirección y básicamente se centró en la recuperación de archivos privados, que ya se había dado anteriormente, pero en ese tiempo llegaron acervos muy importantes a ese Centro, que por cierto sólo ha tenido dos directores, él desde 1991, y su antecesor Juan Luis Mutiozábal, quien ocupó el cargo durante 25 años.
Medio siglo en una continuidad de obra es muy loable y digna de tomarse en cuenta por otras instituciones y gracias al apoyo económico de la empresa se ha logrado una difusión enorme, ampliada ahora a través de a los medios electrónicos que permiten llegar a cualquier parte del mundo.
Recapituló Ramos Medina que Condumex nació en 1953 con inversionistas estadunidenses de la empresa Anaconda -que producía cables de cobre desnudos-, la sociedad internacional Pirelli y un grupo de industriales mexicanos que conformaron una sociedad autónoma. Condumex se dio a conocer por su trabajo con el cobre y por su permanente investigación tecnológica, y actualmente pertenece también a Grupo Carso y su planta está ubicada en Querétaro.
Y al retomar el tema del CEHM, dijo que cuando se fundó empezaron a rescatar los archivos privados provenientes de familias cuyos antepasados habían vivido el Segundo Imperio, el Porfiriato, la Revolución o la Guerra Cristera; esos documentos representaban para sus herederos un estorbo o los consideraban basura, de manera que el Centro los adquirió, muy particularmente los del Segundo Imperio que ya están digitalizados y se pueden consultar en línea.
Entre la documentación de la época porfirista destacan los archivos de José Yves Limantour, ministro de Hacienda de don Porfirio, que llegaron al CEHM en los años 90, pero ya en los inicios del Centro se habían adquirido los archivos de los conservadores a los que entonces no se les daba importancia, por lo que muchos libros y documentos se fueron a Estados Unidos pues allá si los apreciaban y gracias a eso ahora se conocen.
El doctor Ramos comentó que de repente se le dio mucho auge a la Revolución, pero “la verdad es que la historia de México es más que una revolución; la historia de México comienza con el virreinato y cuando yo entré al Centro casi no se consultaban los fondos virreinales”. Afirmó que la historia oficial es una y la historiografía es otra, por lo que es necesario darle un valor a la historia y desmitificarla.
Hizo hincapié en que los archivos son “nuestra memoria y todos tenemos derecho a conocerlos, nadie es propietario de la memoria histórica”. Hasta hace poco, apuntó, muchas instituciones tenían un recelo para dar a conocer sus archivos, porque no se daban cuenta que al mostrarlos se completa el rompecabezas de la historia. “Una institución que no da a conocer su acervo, está muerta”, sentenció.
Aprovechó para informar que la biblioteca ya también esta digitalizada; actualmente hay más de cinco mil volúmenes de la biblioteca antigua, que abarca desde el primer libro del acervo -que data de 1554- hasta cerrar el virreinato en 1821y es de una riqueza extraordinaria. La meta hoy es digitalizar los libros a partir de la consumación de la Independencia y concluir con los del Segundo Imperio, pues a partir de la época de Porfirio Díaz las prensas fueron más abiertas y los libros están en otros espacios, aunque algunos sean un poco raros. “Nuestra tarea es abrir la biblioteca a cualquier persona y no solo para los especialistas”.
La biblioteca del CEHM cuenta con una colección que abarca más de las tres cuartas partes de lo que se imprimió en la Nueva España, de acuerdo con el investigador y académico Elías Trabulse, lo que es muy importante porque aquí están los incunables americanos, es decir, los libros que se imprimieron en el siglo XVI en las imprentas de la Ciudad de México, pues no hay que olvidar que uno de los grandes orgullos del país es que en su capital se instaló en1539 la primera imprenta de América.
Precisó el director del CEHM que los documentos de esa época no son coloniales, son virreinales, porque la Nueva España no fue colonia, fue un virreinato del imperio español y los novohispanos nunca permitieron que se les llamara colonia y “aunque la historia oficial ha despreciado este periodo, hay que apreciar el pasado de México a través de los archivos y libros del siglo XVI, que hoy valen una fortuna. El Centro tiene 18 libros de esa etapa”.
El 19 de agosto de 1965 se estableció formalmente el CEHM e inmediatamente se le confió el importante acervo adquirido por la empresa y se le dotó de un espacio en las oficinas de Condumex, en una de las fábricas en la planta de Vallejo, como un local temporal para hospedar la naciente colección cultural.
La catalogación del archivo y biblioteca se hizo con numeración progresiva; el catálogo se inició con el Cedulario de la Nueva Galicia. Este archivo y biblioteca perteneció al bibliófilo mexicano Luis Gutiérrez Cañedo y consta de casi diez mil volúmenes en torno a la historia de México, además del cedulario relacionado con la crónica de fundación de la catedral y la Universidad de Guadalajara, cuyo haber incluye 400 expedientes y 500 manuscritos e impresos concernientes a la independencia de México.
También se rescataron archivos importantes como los de Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, los de personajes conservadores del Segundo Imperio como Ignacio Aguilar y Marocho, María Aguilar, Manuel Larráinzar y Juan Nepomuceno Almonte; la mayoría llegaron en malas condiciones y sin catalogar.
El consejo consultivo primigenio estuvo formado por Jesús Reyes Heroles, Ignacio Bernal, Silvio Zavala, Antonio Martínez Báez y Alfonso Noriega por parte del medio intelectual, mientras que por Condumex participaron el propio García Sainz, Eduardo Prieto López y Alejandro Álvarez Guerrero. A partir de ese momento se le denominó Centro de Estudios de Historia de México Condumex y casi de inmediato fueron convocados al consejo Edmundo O’Gorman, Antonio Carrillo Flores, Hugo B. Margain y Agustín Yáñez.
En 1977, a instancias de este consejo fue acordado el cambio del Centro hacia una zona de más fácil acceso para los investigadores, para lo cual se adquirió la casa marcada con el número uno de la Plaza Federico Gamboa en el antiguo barrio de Chimalistac, en el sur de la ciudad de México, que pertenecía a la familia Tamm, de origen alemán.
El director del CEHM relató con orgullo que el archivo personal de Salvador Novo forma parte del acervo por una donación de la señora Pérez Jácome, una mujer cuya conciencia histórica la llevó a recatar ese material, y cuando se mudó a Xalapa lo donó al CEHM. El archivo completo de Novo ella lo encontró cuando compró la casa que perteneció al escritor; ya no había muebles pero estaban los documentos completos con manuscritos, así como artículos personales: sus anillos y sus pelucas Pixie, que ahora resguarda el Centro.
Finalmente el doctor Ramos Medina hizo una invitación al público para que conozcan el sitio, que lo disfruten y lo compartan.
Autor: Norma L. Vázquez Alanís
http://todotexcoco.com/ 15/10/2015
El Centro de Estudios de Historia de México (CEHM), de la Fundación Carlos Slim, cumple medio siglo de darle un valor a la historia a través de la continua adquisición y recepción de fondos documentales o libros, que lo han consolidado como una de las instituciones privadas con mayor acervo. Como parte de la celebración, el próximo 8 de diciembre se inaugurará una exposición en el Museo Soumaya en la cual el público podrá contemplar las piezas originales que conforman sus tesoros más valiosos.
Así lo anunció el director de ese organismo cultural, doctor Manuel Ramos Medina, en la conferencia inicial del ciclo ‘50 años recuperando historias’, organizado con motivo ese quincuagésimo aniversario y que continuará todos los miércoles hasta el 9 de diciembre, cuando la historiadora Josefina Moguel disertará sobre los personajes en los archivos históricos de la Revolución Mexicana.
“A través de estas cinco décadas el CEHM ha impulsado la historia de la cultura en México para crear conciencia de lo que es el cuidado de nuestra memoria histórica”, dijo Ramos Medina, quien una vez más puso de manifiesto sus dotes de gran y ameno conversador para hacer la crónica puntual sobre la fundación del Centro.
En su charla titulada ‘Historia del Centro de Estudios de Historia de México’, destacó que en 50 años este sitio ha logrado una continuidad en su quehacer, pues no ha dejado de adquirir y recibir fondos documentales o libros, con lo cual reúne ya una de las colecciones más importantes en manos privadas.
Y recordó que hace casi dos décadas el CEHM fundó la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privados como una forma de tener contacto con otras instituciones, además de que se invitó a otros archivos y bibliotecas menos conocidos pero cuyo patrimonio es muy valioso, para que se dieran a conocer a través de la institución a su cargo.
La gestación del proyecto tuvo lugar hacia fines de 1964, cuando el entonces director general de empresa Condumex Ricardo García Sainz -quien por cierto falleció recientemente- escuchó de su amigo el reconocido bibliófilo José Ignacio Conde la idea de crear una fundación cultural para el resguardo de documentos históricos de México, en tiempos en que no había una conciencia de la importancia de la protección de los archivos.
Y aunque García Sainz ya no alcanzó los festejos del cincuentenario -este año y el siguiente- se sentía orgulloso de su obra -“porque a él se debe y reconoce la fundación del Centro”-, de la continuidad que le dio Condumex en su primera etapa y de que Grupo Carso se haya encargado de la manutención del CEHM a partir de 1992.
Al hacer una balance de este primer medio siglo del CEHM, el doctor Ramos Medina comentó que el primer periodo fue un tiempo fundacional de acopio de grandes archivos y bibliotecas; la segunda época significó un cambio en la dirección y básicamente se centró en la recuperación de archivos privados, que ya se había dado anteriormente, pero en ese tiempo llegaron acervos muy importantes a ese Centro, que por cierto sólo ha tenido dos directores, él desde 1991, y su antecesor Juan Luis Mutiozábal, quien ocupó el cargo durante 25 años.
Medio siglo en una continuidad de obra es muy loable y digna de tomarse en cuenta por otras instituciones y gracias al apoyo económico de la empresa se ha logrado una difusión enorme, ampliada ahora a través de a los medios electrónicos que permiten llegar a cualquier parte del mundo.
Recapituló Ramos Medina que Condumex nació en 1953 con inversionistas estadunidenses de la empresa Anaconda -que producía cables de cobre desnudos-, la sociedad internacional Pirelli y un grupo de industriales mexicanos que conformaron una sociedad autónoma. Condumex se dio a conocer por su trabajo con el cobre y por su permanente investigación tecnológica, y actualmente pertenece también a Grupo Carso y su planta está ubicada en Querétaro.
Y al retomar el tema del CEHM, dijo que cuando se fundó empezaron a rescatar los archivos privados provenientes de familias cuyos antepasados habían vivido el Segundo Imperio, el Porfiriato, la Revolución o la Guerra Cristera; esos documentos representaban para sus herederos un estorbo o los consideraban basura, de manera que el Centro los adquirió, muy particularmente los del Segundo Imperio que ya están digitalizados y se pueden consultar en línea.
Entre la documentación de la época porfirista destacan los archivos de José Yves Limantour, ministro de Hacienda de don Porfirio, que llegaron al CEHM en los años 90, pero ya en los inicios del Centro se habían adquirido los archivos de los conservadores a los que entonces no se les daba importancia, por lo que muchos libros y documentos se fueron a Estados Unidos pues allá si los apreciaban y gracias a eso ahora se conocen.
El doctor Ramos comentó que de repente se le dio mucho auge a la Revolución, pero “la verdad es que la historia de México es más que una revolución; la historia de México comienza con el virreinato y cuando yo entré al Centro casi no se consultaban los fondos virreinales”. Afirmó que la historia oficial es una y la historiografía es otra, por lo que es necesario darle un valor a la historia y desmitificarla.
Hizo hincapié en que los archivos son “nuestra memoria y todos tenemos derecho a conocerlos, nadie es propietario de la memoria histórica”. Hasta hace poco, apuntó, muchas instituciones tenían un recelo para dar a conocer sus archivos, porque no se daban cuenta que al mostrarlos se completa el rompecabezas de la historia. “Una institución que no da a conocer su acervo, está muerta”, sentenció.
Aprovechó para informar que la biblioteca ya también esta digitalizada; actualmente hay más de cinco mil volúmenes de la biblioteca antigua, que abarca desde el primer libro del acervo -que data de 1554- hasta cerrar el virreinato en 1821y es de una riqueza extraordinaria. La meta hoy es digitalizar los libros a partir de la consumación de la Independencia y concluir con los del Segundo Imperio, pues a partir de la época de Porfirio Díaz las prensas fueron más abiertas y los libros están en otros espacios, aunque algunos sean un poco raros. “Nuestra tarea es abrir la biblioteca a cualquier persona y no solo para los especialistas”.
La biblioteca del CEHM cuenta con una colección que abarca más de las tres cuartas partes de lo que se imprimió en la Nueva España, de acuerdo con el investigador y académico Elías Trabulse, lo que es muy importante porque aquí están los incunables americanos, es decir, los libros que se imprimieron en el siglo XVI en las imprentas de la Ciudad de México, pues no hay que olvidar que uno de los grandes orgullos del país es que en su capital se instaló en1539 la primera imprenta de América.
Precisó el director del CEHM que los documentos de esa época no son coloniales, son virreinales, porque la Nueva España no fue colonia, fue un virreinato del imperio español y los novohispanos nunca permitieron que se les llamara colonia y “aunque la historia oficial ha despreciado este periodo, hay que apreciar el pasado de México a través de los archivos y libros del siglo XVI, que hoy valen una fortuna. El Centro tiene 18 libros de esa etapa”.
El 19 de agosto de 1965 se estableció formalmente el CEHM e inmediatamente se le confió el importante acervo adquirido por la empresa y se le dotó de un espacio en las oficinas de Condumex, en una de las fábricas en la planta de Vallejo, como un local temporal para hospedar la naciente colección cultural.
La catalogación del archivo y biblioteca se hizo con numeración progresiva; el catálogo se inició con el Cedulario de la Nueva Galicia. Este archivo y biblioteca perteneció al bibliófilo mexicano Luis Gutiérrez Cañedo y consta de casi diez mil volúmenes en torno a la historia de México, además del cedulario relacionado con la crónica de fundación de la catedral y la Universidad de Guadalajara, cuyo haber incluye 400 expedientes y 500 manuscritos e impresos concernientes a la independencia de México.
También se rescataron archivos importantes como los de Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, los de personajes conservadores del Segundo Imperio como Ignacio Aguilar y Marocho, María Aguilar, Manuel Larráinzar y Juan Nepomuceno Almonte; la mayoría llegaron en malas condiciones y sin catalogar.
El consejo consultivo primigenio estuvo formado por Jesús Reyes Heroles, Ignacio Bernal, Silvio Zavala, Antonio Martínez Báez y Alfonso Noriega por parte del medio intelectual, mientras que por Condumex participaron el propio García Sainz, Eduardo Prieto López y Alejandro Álvarez Guerrero. A partir de ese momento se le denominó Centro de Estudios de Historia de México Condumex y casi de inmediato fueron convocados al consejo Edmundo O’Gorman, Antonio Carrillo Flores, Hugo B. Margain y Agustín Yáñez.
En 1977, a instancias de este consejo fue acordado el cambio del Centro hacia una zona de más fácil acceso para los investigadores, para lo cual se adquirió la casa marcada con el número uno de la Plaza Federico Gamboa en el antiguo barrio de Chimalistac, en el sur de la ciudad de México, que pertenecía a la familia Tamm, de origen alemán.
El director del CEHM relató con orgullo que el archivo personal de Salvador Novo forma parte del acervo por una donación de la señora Pérez Jácome, una mujer cuya conciencia histórica la llevó a recatar ese material, y cuando se mudó a Xalapa lo donó al CEHM. El archivo completo de Novo ella lo encontró cuando compró la casa que perteneció al escritor; ya no había muebles pero estaban los documentos completos con manuscritos, así como artículos personales: sus anillos y sus pelucas Pixie, que ahora resguarda el Centro.
Finalmente el doctor Ramos Medina hizo una invitación al público para que conozcan el sitio, que lo disfruten y lo compartan.
Autor: Norma L. Vázquez Alanís
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