LA ORGANIZACION DE LOS SUIZOS EN EL EXTRANJERO PONE SUS ARCHIVOS A LA ORDEN DE LOS INVESTIGADORES
>> jueves, 16 de agosto de 2012
Un archivo a la medida de los historiadores
http://www.swissinfo.ch/ 16/08/2012
http://www.swissinfo.ch/ 16/08/2012
Uno de los capítulos que quedan por escribir en la historia de la emigración atañe a la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE). El centenario de la entidad ofrece la ocasión, sobre todo porque sus archivos están disponibles en bandeja de plata…
En momentos en que la emigración despierta un fuerte interés entre los historiadores, parece lógica una investigación sobre la entidad que representa los intereses de los expatriados suizos y que pronto cumplirá un siglo de actividades.
Sin embargo, “hasta ahora no hay ni decisión, ni proyecto específico alguno”, advierte Rudolf Wyder. El director de la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) no oculta empero, la esperanza de que algún(a) investigador(a) se manifieste.
Aunque todavía hay tiempo - la OSE celebrará su centenario en 2016-, habría que tomar cartas en el asunto, no se puede resumir un siglo de actividades así como así. Po ello, la organización allanó el camino para la investigación.
Catalogar testigos de la memoria
Un joven historiador cataloga documentos de la OSE que depositará en fecha próxima en los Archivos Federales Suizos (AFS). Recién graduado de la Universidad de Burdeos 3, Florian Baccaunaud comenzó su mandato como archivista de la OSE a principios de junio en la sede de la organización en Berna. “En realidad, mi trabajo cubre los años de 1994 a 2000. Todos los documentos anteriores han sido archivados y enviados al AFS”, precisa el joven franco-suizo.
“Se trata de un proyecto a largo plazo, que implica varias fases. Es un trabajo que debe hacerse a intervalos regulares, dice Rudolf Wyder. La inminencia del centenario estimula el avance, con la idea de que el material facilite las investigaciones para que la historia de la OSE pueda ser escrita para el 2016”.
En el ático, donde están almacenados, Florian Baccaunaud examina los cientos y cientos de documentos, elige los que deben ser conservados y los clasifica según su contenido. Luego los cataloga en un registro informatizado.
La montaña de cajas llenas de papeles que debe estudiar no lo asusta. “Un archivista no lee todos los documentos de principio a fin. Sería imposible. Rápidamente descubre los documentos que deben ser retenidos y cómo clasificarlos”, asegura. “Y si tengo una duda, puedo recurrir a la OSE o al AFS”.
Hacerse útil a Suiza
Los documentos conciernen todas las actividades y todas las manifestaciones de la OSE, incluidas las del Comité, el Consejo y el Congreso de los Suizos en el Extranjero. Contiene actas, discursos, programas y listas de asistencia, entre otros. También están los “diarios”, manuscritos de los participantes en los campamentos de verano que la Confederación organiza para los niños suizos en el extranjero. Y todo ello, sin olvidar los recortes de periódicos, fotografías y, por supuesto, toda la correspondencia de la OSE.
“Desde el punto de vista histórico, estos documentos son muy interesantes porque reflejan la actividad de la OSE al servicio de los Suizos en el Extranjero, permiten observar los cambios, comprender el funcionamiento de las instituciones y el papel real de esta organización”, dice entusiasmado Florian Baccaunaud.
“A lo largo de la historia de la OSE, también vemos cuáles son las preocupaciones e intereses de los suizos en el extranjero y de los suizos que quieren salir del país o regresar”, agrega el joven historiador. Miembro él mismo de la más importante diáspora suiza, la de Francia, subraya la importancia de los vínculos entre la Confederación y sus emigrados, “que representan el 10% de la población suiza”.
“En estos archivos, hay muchas cartas de suizos en el extranjero a la OSE. Sus preocupaciones son muy diversas: de orden social, jurídico, económico, político y patriótico. Muestran que los expatriados no solamente se preocupan de sí mismos. Muchos de ellos también quieren participar en la vida de su país de origen, ser útiles a Suiza”.
¿Dónde está Ginebra?
Entre esas cartas se encuentran también “testimonios muy simples de gentes que escriben para expresar sus sentimientos sobre su emigración reciente. Acaban de instalarse en su país de acogida y cuentan cómo son percibidos”.
Algunos textos están llenos de emoción, plenos de un vago sentimiento de desorientación y soledad. Como el de aquella mujer recién llegada a una población del suroeste de Francia, cerca de los Pirineos. Narra que cuando su peluquera le preguntó de dónde venía, no supo dónde era Genève’ (Ginebra) y luego pensó: ¡Ah, sí claro, Grenoble…!”
En otro plano, la correspondencia entre la OSE y las autoridades helvéticas permite encontrar ejemplos de peticiones que llevaron a cambios legislativos, nuevas regulaciones o acuerdos bilaterales entre Suiza y los países de acogida de los expatriados confrontados a determinados problemas.
Al servicio de la investigación
Todas estas fuentes de información estarán muy pronto disponibles para los investigadores, rigurosamente catalogadas. Florian Baccaunaud está por entrar a la fase final de su misión como archivista, que concluye a principios de septiembre. En breve entregará todos los documentos seleccionados, clasificados y registrados a los Archivos Federales en Berna, donde se añadirán a los archivos de la OSE que ya están allí.
Es raro tener a la mano un archivo tan perfectamente ordenado. La oferta de la OSE, por lo tanto, es particularmente atractiva. Los historiadores podrían aprovechar…
LA OSE
Tierra de emigracióndurante siglos, Suiza comienza a mostrar interés por su diáspora solamente a partir de la Primera Guerra Mundial, con la voluntad de fortalecer el sentimiento nacional. Los expatriados ya no son vistos como simples emigrantes cuya suerte importa poco a la Confederación, sino como suizos en el extranjero,portadores de valores helvéticos en el mundo.
Para fortalecer los vínculos entre el país y su diáspora, la Organización de los Suizos en el Extranjero fue fundada en 1916. Garantiza el enlace con los ciudadanos suizos en el mundo a través de sus asociaciones en los países de acogida y se ocupa de representar y promover sus intereses en Suiza.
La OSE ofrece a los expatriados información, asesoramiento y una red de servicios que se ha ampliado a lo largo de los años para adaptarse a las exigencias de las diferentes épocas.
Reconocida por las autoridades como portavoz de la diáspora, la OSE se ha convertido en el centro de competencias para todos los asuntos relacionados con la Quinta Suiza. Hoy en día, esta entidad, con sede en Berna, reúne a 750 asociaciones e instituciones suizas en el mundo. Más de700.000 suizos viven en el extranjero.
EL ARCHIVISTA
De padre francés y madre suiza, Florian Baccaunaudtiene la doble nacionalidad. Nació y se crió en Francia, donde estudio el Bachelor en Historia Moderna, en la Universidad Michel de Montaigne (Burdeos 3).
Atraído tanto por la historia como por la comunicación pública y política, decidió hacer una pausa para la reflexión antes de elegir la vía de su Master.
Aprovecha la oportunidad para familiarizarse con la experiencia práctica en Suiza, donde tiene familiares cercanos.
El 4 de junio comenzó un período de tres meses como archivista de la OSE.
Sonia Fenazzi y Urs Geiser, swissinfo.ch
Traducción, Marcela Águila Rubín
En momentos en que la emigración despierta un fuerte interés entre los historiadores, parece lógica una investigación sobre la entidad que representa los intereses de los expatriados suizos y que pronto cumplirá un siglo de actividades.
Sin embargo, “hasta ahora no hay ni decisión, ni proyecto específico alguno”, advierte Rudolf Wyder. El director de la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) no oculta empero, la esperanza de que algún(a) investigador(a) se manifieste.
Aunque todavía hay tiempo - la OSE celebrará su centenario en 2016-, habría que tomar cartas en el asunto, no se puede resumir un siglo de actividades así como así. Po ello, la organización allanó el camino para la investigación.
Catalogar testigos de la memoria
Un joven historiador cataloga documentos de la OSE que depositará en fecha próxima en los Archivos Federales Suizos (AFS). Recién graduado de la Universidad de Burdeos 3, Florian Baccaunaud comenzó su mandato como archivista de la OSE a principios de junio en la sede de la organización en Berna. “En realidad, mi trabajo cubre los años de 1994 a 2000. Todos los documentos anteriores han sido archivados y enviados al AFS”, precisa el joven franco-suizo.
“Se trata de un proyecto a largo plazo, que implica varias fases. Es un trabajo que debe hacerse a intervalos regulares, dice Rudolf Wyder. La inminencia del centenario estimula el avance, con la idea de que el material facilite las investigaciones para que la historia de la OSE pueda ser escrita para el 2016”.
En el ático, donde están almacenados, Florian Baccaunaud examina los cientos y cientos de documentos, elige los que deben ser conservados y los clasifica según su contenido. Luego los cataloga en un registro informatizado.
La montaña de cajas llenas de papeles que debe estudiar no lo asusta. “Un archivista no lee todos los documentos de principio a fin. Sería imposible. Rápidamente descubre los documentos que deben ser retenidos y cómo clasificarlos”, asegura. “Y si tengo una duda, puedo recurrir a la OSE o al AFS”.
Hacerse útil a Suiza
Los documentos conciernen todas las actividades y todas las manifestaciones de la OSE, incluidas las del Comité, el Consejo y el Congreso de los Suizos en el Extranjero. Contiene actas, discursos, programas y listas de asistencia, entre otros. También están los “diarios”, manuscritos de los participantes en los campamentos de verano que la Confederación organiza para los niños suizos en el extranjero. Y todo ello, sin olvidar los recortes de periódicos, fotografías y, por supuesto, toda la correspondencia de la OSE.
“Desde el punto de vista histórico, estos documentos son muy interesantes porque reflejan la actividad de la OSE al servicio de los Suizos en el Extranjero, permiten observar los cambios, comprender el funcionamiento de las instituciones y el papel real de esta organización”, dice entusiasmado Florian Baccaunaud.
“A lo largo de la historia de la OSE, también vemos cuáles son las preocupaciones e intereses de los suizos en el extranjero y de los suizos que quieren salir del país o regresar”, agrega el joven historiador. Miembro él mismo de la más importante diáspora suiza, la de Francia, subraya la importancia de los vínculos entre la Confederación y sus emigrados, “que representan el 10% de la población suiza”.
“En estos archivos, hay muchas cartas de suizos en el extranjero a la OSE. Sus preocupaciones son muy diversas: de orden social, jurídico, económico, político y patriótico. Muestran que los expatriados no solamente se preocupan de sí mismos. Muchos de ellos también quieren participar en la vida de su país de origen, ser útiles a Suiza”.
¿Dónde está Ginebra?
Entre esas cartas se encuentran también “testimonios muy simples de gentes que escriben para expresar sus sentimientos sobre su emigración reciente. Acaban de instalarse en su país de acogida y cuentan cómo son percibidos”.
Algunos textos están llenos de emoción, plenos de un vago sentimiento de desorientación y soledad. Como el de aquella mujer recién llegada a una población del suroeste de Francia, cerca de los Pirineos. Narra que cuando su peluquera le preguntó de dónde venía, no supo dónde era Genève’ (Ginebra) y luego pensó: ¡Ah, sí claro, Grenoble…!”
En otro plano, la correspondencia entre la OSE y las autoridades helvéticas permite encontrar ejemplos de peticiones que llevaron a cambios legislativos, nuevas regulaciones o acuerdos bilaterales entre Suiza y los países de acogida de los expatriados confrontados a determinados problemas.
Al servicio de la investigación
Todas estas fuentes de información estarán muy pronto disponibles para los investigadores, rigurosamente catalogadas. Florian Baccaunaud está por entrar a la fase final de su misión como archivista, que concluye a principios de septiembre. En breve entregará todos los documentos seleccionados, clasificados y registrados a los Archivos Federales en Berna, donde se añadirán a los archivos de la OSE que ya están allí.
Es raro tener a la mano un archivo tan perfectamente ordenado. La oferta de la OSE, por lo tanto, es particularmente atractiva. Los historiadores podrían aprovechar…
LA OSE
Tierra de emigracióndurante siglos, Suiza comienza a mostrar interés por su diáspora solamente a partir de la Primera Guerra Mundial, con la voluntad de fortalecer el sentimiento nacional. Los expatriados ya no son vistos como simples emigrantes cuya suerte importa poco a la Confederación, sino como suizos en el extranjero,portadores de valores helvéticos en el mundo.
Para fortalecer los vínculos entre el país y su diáspora, la Organización de los Suizos en el Extranjero fue fundada en 1916. Garantiza el enlace con los ciudadanos suizos en el mundo a través de sus asociaciones en los países de acogida y se ocupa de representar y promover sus intereses en Suiza.
La OSE ofrece a los expatriados información, asesoramiento y una red de servicios que se ha ampliado a lo largo de los años para adaptarse a las exigencias de las diferentes épocas.
Reconocida por las autoridades como portavoz de la diáspora, la OSE se ha convertido en el centro de competencias para todos los asuntos relacionados con la Quinta Suiza. Hoy en día, esta entidad, con sede en Berna, reúne a 750 asociaciones e instituciones suizas en el mundo. Más de700.000 suizos viven en el extranjero.
EL ARCHIVISTA
De padre francés y madre suiza, Florian Baccaunaudtiene la doble nacionalidad. Nació y se crió en Francia, donde estudio el Bachelor en Historia Moderna, en la Universidad Michel de Montaigne (Burdeos 3).
Atraído tanto por la historia como por la comunicación pública y política, decidió hacer una pausa para la reflexión antes de elegir la vía de su Master.
Aprovecha la oportunidad para familiarizarse con la experiencia práctica en Suiza, donde tiene familiares cercanos.
El 4 de junio comenzó un período de tres meses como archivista de la OSE.
Sonia Fenazzi y Urs Geiser, swissinfo.ch
Traducción, Marcela Águila Rubín
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