Physibles archivos digitales que pueden descargarse, reproducirse e imprimirse con impresoras 3D
>> miércoles, 24 de septiembre de 2014
Los 'physibles' y la tercera revolución industrial
http://www.expansion.com/ 24/09/2014
Implícito en la tecnología de impresión 3D y los 'physibles' están los problemas que se plantean en la propiedad industrial y la propiedad intelectual.
No llama la atención que Lady Gaga aparezca en la prensa, pero sí que lo haga con un vestido creado mediante la técnica de impresión 3D, y que dicho vestido tenga un origen digital, un archivo, que pueda cargarse en un servidor, compartirse en la web, y reproducirse en casa con una impresora 3D tantas veces como uno quiera replicando el estilo de la famosa cantante.
"El beneficio para la sociedad es inmenso", se dice en el sitio web de The Pirate Bay, desde donde se ha acuñado un término que desde hace dos años incrementa su importancia en la medida en que refleja el fenómeno de la transición de lo digital a lo físico: physibles.
Los physibles son archivos digitales que, como los que ya conocemos y que contienen textos, fotografías, películas, etc., pueden descargarse, reproducirse y cuyo contenido puede imprimirse mediante impresoras 3D. La impresión 3D es una forma de fabricación consistente en la superposición de capas de material modelable de acuerdo con la información contenida en un archivo digital que la impresora 3D es capaz de leer e interpretar.
La tecnología de impresión 3D no es algo nuevo, como tampoco lo son tales archivos digitales, pero en los últimos años se ha acelerado el ritmo de desarrollo de impresoras 3D para uso personal y sus capacidades técnicas, hasta el punto de poder imprimir sus propios componentes a partir del archivo digital correspondiente, listos para ensamblarse creando una copia de sí misma.
La impresión 3D ha generado nuevos modelos de negocio, como los de servicios de impresión a la carta, servicios de control y protección de archivos digitales mediante encriptación, bancos de physibles, etc. y aunque ha creado esperanzas en el sector de la salud (impresión de prótesis personalizadas, incluso a partir de material biológico), otros sectores industriales como, por ejemplo, la automoción, la joyería o la moda divisan la amenaza de la fabricación casera de piezas de repuesto o de complementos a partir de sus diseños. Y es que en el ámbito de la fabricación digital son también conocidos los escáneres capaces de crear un physible a partir de un objeto físico.
Implícito en la tecnología de impresión 3D están los problemas que se plantean en la propiedad industrial y la propiedad intelectual. Dicha tecnología ha sido desarrollada en gran parte gracias al software libre, a la intercomunicación en la sociedad digital, al nacimiento del open-hardware, a los modelos de intercambio P2P o peer to peer y al florecimiento de organizaciones para el desarrollo de ideas en el sector de la fabricación digital.
Pero la plasmación de tales sistemas en objetos, ya sean las propias impresoras 3D, como los productos que con ellas se fabrican, siguen estando bajo la protección legal conferida para los diseños industriales, las patentes, los modelos de utilidad, las marcas y otros signos distintivos, así como los derechos de autor. Es evidente que los titulares de tales derechos deberán adaptar sus estrategias frente a nuevos patrones de infracción y a su potencial incremento.
El intercambio ilegal mediante redes P2P de archivos digitales que contienen diseños imprimibles ya existe, por lo que es posible que empresas de sectores diferentes de la industria audiovisual se sumen a la lucha contra la piratería. Frente a la producción masiva de complementos de moda, la marca cobrará la relevancia que en años anteriores ha perdido ante el fenómeno del logo fatigue. Las empresas revisarán sus estrategias respecto del registro de diseños industriales, así como en la adopción de medidas de protección de sus secretos industriales.
Al mismo tiempo, es probable que se creen nuevos modelos de negocio basado en la licencia de archivos imprimibles que ahorren costes de producción, transporte y distribución, y que se tomen medidas organizativas frente a la posibilidad de la imposición legal de cánones digitales a las impresoras (al menos en otros países europeos). En definitiva, un reto a la altura de las anteriores revoluciones industriales y al que deben también prestar atención los órganos legislativos nacionales y comunitarios para evitar que precisamente sean las leyes las que dificulten el progreso.
Autor: Fidel Porcuna
http://www.expansion.com/ 24/09/2014
Implícito en la tecnología de impresión 3D y los 'physibles' están los problemas que se plantean en la propiedad industrial y la propiedad intelectual.
No llama la atención que Lady Gaga aparezca en la prensa, pero sí que lo haga con un vestido creado mediante la técnica de impresión 3D, y que dicho vestido tenga un origen digital, un archivo, que pueda cargarse en un servidor, compartirse en la web, y reproducirse en casa con una impresora 3D tantas veces como uno quiera replicando el estilo de la famosa cantante.
"El beneficio para la sociedad es inmenso", se dice en el sitio web de The Pirate Bay, desde donde se ha acuñado un término que desde hace dos años incrementa su importancia en la medida en que refleja el fenómeno de la transición de lo digital a lo físico: physibles.
Los physibles son archivos digitales que, como los que ya conocemos y que contienen textos, fotografías, películas, etc., pueden descargarse, reproducirse y cuyo contenido puede imprimirse mediante impresoras 3D. La impresión 3D es una forma de fabricación consistente en la superposición de capas de material modelable de acuerdo con la información contenida en un archivo digital que la impresora 3D es capaz de leer e interpretar.
La tecnología de impresión 3D no es algo nuevo, como tampoco lo son tales archivos digitales, pero en los últimos años se ha acelerado el ritmo de desarrollo de impresoras 3D para uso personal y sus capacidades técnicas, hasta el punto de poder imprimir sus propios componentes a partir del archivo digital correspondiente, listos para ensamblarse creando una copia de sí misma.
La impresión 3D ha generado nuevos modelos de negocio, como los de servicios de impresión a la carta, servicios de control y protección de archivos digitales mediante encriptación, bancos de physibles, etc. y aunque ha creado esperanzas en el sector de la salud (impresión de prótesis personalizadas, incluso a partir de material biológico), otros sectores industriales como, por ejemplo, la automoción, la joyería o la moda divisan la amenaza de la fabricación casera de piezas de repuesto o de complementos a partir de sus diseños. Y es que en el ámbito de la fabricación digital son también conocidos los escáneres capaces de crear un physible a partir de un objeto físico.
Implícito en la tecnología de impresión 3D están los problemas que se plantean en la propiedad industrial y la propiedad intelectual. Dicha tecnología ha sido desarrollada en gran parte gracias al software libre, a la intercomunicación en la sociedad digital, al nacimiento del open-hardware, a los modelos de intercambio P2P o peer to peer y al florecimiento de organizaciones para el desarrollo de ideas en el sector de la fabricación digital.
Pero la plasmación de tales sistemas en objetos, ya sean las propias impresoras 3D, como los productos que con ellas se fabrican, siguen estando bajo la protección legal conferida para los diseños industriales, las patentes, los modelos de utilidad, las marcas y otros signos distintivos, así como los derechos de autor. Es evidente que los titulares de tales derechos deberán adaptar sus estrategias frente a nuevos patrones de infracción y a su potencial incremento.
El intercambio ilegal mediante redes P2P de archivos digitales que contienen diseños imprimibles ya existe, por lo que es posible que empresas de sectores diferentes de la industria audiovisual se sumen a la lucha contra la piratería. Frente a la producción masiva de complementos de moda, la marca cobrará la relevancia que en años anteriores ha perdido ante el fenómeno del logo fatigue. Las empresas revisarán sus estrategias respecto del registro de diseños industriales, así como en la adopción de medidas de protección de sus secretos industriales.
Al mismo tiempo, es probable que se creen nuevos modelos de negocio basado en la licencia de archivos imprimibles que ahorren costes de producción, transporte y distribución, y que se tomen medidas organizativas frente a la posibilidad de la imposición legal de cánones digitales a las impresoras (al menos en otros países europeos). En definitiva, un reto a la altura de las anteriores revoluciones industriales y al que deben también prestar atención los órganos legislativos nacionales y comunitarios para evitar que precisamente sean las leyes las que dificulten el progreso.
Autor: Fidel Porcuna
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