ARCHIVO DE INDIAS IMAN PARA LOS CAZATESOROS
>> lunes, 8 de abril de 2013
El Archivo General de Indias. La catedral de los navegantes
http://www.finanzas.com/ 08/04/2013
Entramos en el Archivo General de Indias: 8 kilómetros de estanterías con 43.000 archivadores que hacen las delicias de los historiadores... y de los cazadores de tesoros
Todo empezó con un cabreo. El rey Carlos III estaba molesto con la leyenda negra sobre la conquista de América que los historiadores ingleses estaban engordando y ordenó a su ministro de Indias, José de Gálvez, que la contrarrestase. Había que reunir los documentos sobre la época. El encargo recayó en el cosmógrafo Juan Bautista Muñoz, que los centralizó en un solo archivo. Como el de Simancas se había quedado pequeño, se decidió ubicarlos en Sevilla. El traslado de la primera remesa se hizo en una caravana de 24 carros tirados por mulas. Veinte toneladas de papeles embalados en 257 cajones. Corría el año 1785.
Nacía así el Archivo General de Indias, donde fueron llegando los fondos del Consejo de Indias, la Casa de la Contratación, los virreinatos... Hoy es la fuente más exhaustiva e importante de la época colonial. Entre sus joyas están las Capitulaciones de Santa Fe, que recogen los acuerdos de 1492 entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón sobre la expedición a las Indias por el mar hacia Occidente; el Tratado de Tordesillas (1494), entre Isabel y Fernando, por un lado, y Juan II de Portugal, por otro, que repartió las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del Nuevo Mundo; o el testamento redactado por Juan Sebastián Elcano en alta mar. Y también cartas, contratos, diarios y apuntes de Colón, Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Fernando de Magallanes y Hernán Cortés... Aquí también duermen las listas de carga de todos los viajes marítimos entre España y sus colonias. Sus fondos se reparten en 15 secciones: bulas de concesión de patronatos, registros de navíos, contrataciones, consulados, jurisprudencia...
Los archivos empiezan siendo herramientas burocráticas de gobierno y administración. Con el tiempo se convierten en memoria de una época porque la burocracia posee esa cualidad perdurable de los huesos y los fósiles. Y acaban siendo máquinas del tiempo, como los define el historiador Manuel Romero Tallafigo. Prosa seca y prolija de notarios, contables y mercaderes que nos permite viajar, en este caso, por tres siglos de historia, del sur de Estados Unidos a Argentina, de Filipinas a Extremo Oriente. El lugar elegido fue la Casa Lonja, un edificio renacentista, construido sobre planos de Juan de Herrera, que estaba medio abandonado. Hubo incluso que desalojar a los okupas. El arquitecto Lucas Cintora lo adaptó para su nuevo uso. Se trajo mármol de Málaga para la escalinata y caoba de Cuba para las estanterías.
El edificio ha sobrevivido a los incendios, como el de 1982 sofocado por los conserjes o el de 1924.El fuego devoró entonces varios legajos en la sección de Contaduría, donde aún huele a quemado. Los escritos llegan por un túnel subterráneo a los puestos de trabajo de restauradores y científicos. Pero los documentos ya no se guardan en las estanterías de caoba. Se han trasladado a la Cilla del Cabildo. Armarios de acero protegen del fuego, la luz y la humedad.
En diciembre se cumplieron 25 años desde la declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad del conjunto formado por el archivo, la catedral y los reales alcázares. La efeméride estuvo a punto de ser empañada debido a la amenaza de la Unesco de incluirlo en la lista de bienes en peligro, por la construcción de un rascacielos en La Cartuja. En junio se reúne el Comité del Patrimonio Mundial en Camboya. Y evaluará si las administraciones hacen lo suficiente «para garantizar que los desarrollos urbanísticos no dañen la zona». La catedral y el alcázar reciben 1,2 millones de visitas al año; el archivo, unos 1500 investigadores.
Es un lugar de peregrinación para historiadores, novelistas y también para los cazatesoros, cada vez menos desde que España le ganó el juicio a Odyssey y se quedó con el cargamento de La Mercedes. Hay documentados 1580 naufragios de la flota colonial. El valor de nuestros pecios ronda los cien mil millones de euros... Una tentación. Pero cruzar los datos para averiguar qué lista de carga corresponde a cada barco es una tarea laboriosa. Hay que consultar 43.000 legajos, 80 millones de hojas, 8000 mapas, ocho kilómetros lineales de estanterías...
Los piratas de Odyssey contrataron a tres investigadores, entre ellos a Victoria Stapells. Y les pidieron que recopilasen información para realizar documentales. Cuando Stapells se enteró de que su trabajo había sido utilizado para otros fines, colaboró con la Guardia Civil. Su declaración jurada fue un testimonio esencial para los abogados de España.
Y es que los archivos son usados por los cazatesoros, pero también pueden ser su perdición. España recuperó las casi 600.000 monedas de La Mercedes gracias a una rigurosa investigación documental, no solo en Sevilla... Los archivos españoles son los grandes desconocidos de nuestro patrimonio, pese a que están entre los mejores del mundo. Aportan al PIB 677 millones de euros. Reciben cien millones de consultas a través de Internet y casi un millón in situ. El Archivo de Indias fue pionero en la informatización de sus fondos. No obstante, a los nativos digitales puede costarles entender que no todo está en la nube... aún.
Joyas del archivo
Un imán para los cazatesoros. El Archivo de Indias es la fuente más exhaustiva y completa de la época colonial. Solo el Archivo Secreto Vaticano tiene una aureola tan legendaria como este. Hablamos de 43.000 legajos, 80 millones de hojas, 8000 mapas, ocho kilómetros lineales de estanterías... Su detallada información sobre los naufragios es un imán para los cazatesoros.
Un buzo Del siglo XVIII. El alto número de naufragios en el Atlántico instó a los ingenieros a buscar soluciones en las tareas de rescate y hacer que los marinos aguantaran mucho debajo del agua. Este dibujo a pluma muestra uno de los primeros inventos. «Máquina hydroandrica o vestidura para cubrirse un hombre dentro del agua. Ese es el vestido o aforro exterior
Expedición a Tierra del Fuego, 1769. Por la importancia estratégica de la costa patagónica y la Tierra del Fuego como la llave de entrada al Pacífico, la Corona decidió ordenar en 1766 el establecimiento de una colonia y puerto de llegada en la costa de Patagonia. El motivo de la expedición que se ve en este dibujo fue reconocer la costa, reducir a los indios y evitar un posible establecimiento extranjero.
Tratado de tordesillas, 1494. Es uno de los dos documentos españoles que forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Tras el descubrimiento de América, la lucha por recursos entre Portugal y España se recrudeció. El tratado del 7 de julio de 1494, firmado por iniciativa del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia), zanjó el conflicto dividiendo el mundo en una mitad española y otra portuguesa.
Plano de la costa de Cavite y Manila, 1715. Uno de los grandes tesoros de la Casa de Contratación. El descubrimiento del mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa, la expedición de Juan Díaz de Solís y la de Magallanes fueron preparados y organizados por dicha casa y llevados a cabo por los capitanes de la misma.
Una labor titánica y rompedora
Más de un 30 por ciento de los documentos presentan problemas de legibilidad debido a su antigüedad y el deterioro natural. Por eso, la labor de los restauradores ha discurrido paralela a la digitalización de los fondos, iniciada en 1986 y que aún sigue. Esta no solo permite la consulta on-line, sino que ha introducido técnicas para eliminar manchas, tintas transparentadas o realzar otras desvaídas sin alterar los originales. La digitalización permitió a su vez limitar el acceso a estas joyas sin mermar su difusión.
http://www.finanzas.com/ 08/04/2013
Entramos en el Archivo General de Indias: 8 kilómetros de estanterías con 43.000 archivadores que hacen las delicias de los historiadores... y de los cazadores de tesoros
Nacía así el Archivo General de Indias, donde fueron llegando los fondos del Consejo de Indias, la Casa de la Contratación, los virreinatos... Hoy es la fuente más exhaustiva e importante de la época colonial. Entre sus joyas están las Capitulaciones de Santa Fe, que recogen los acuerdos de 1492 entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón sobre la expedición a las Indias por el mar hacia Occidente; el Tratado de Tordesillas (1494), entre Isabel y Fernando, por un lado, y Juan II de Portugal, por otro, que repartió las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del Nuevo Mundo; o el testamento redactado por Juan Sebastián Elcano en alta mar. Y también cartas, contratos, diarios y apuntes de Colón, Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Fernando de Magallanes y Hernán Cortés... Aquí también duermen las listas de carga de todos los viajes marítimos entre España y sus colonias. Sus fondos se reparten en 15 secciones: bulas de concesión de patronatos, registros de navíos, contrataciones, consulados, jurisprudencia...
Los archivos empiezan siendo herramientas burocráticas de gobierno y administración. Con el tiempo se convierten en memoria de una época porque la burocracia posee esa cualidad perdurable de los huesos y los fósiles. Y acaban siendo máquinas del tiempo, como los define el historiador Manuel Romero Tallafigo. Prosa seca y prolija de notarios, contables y mercaderes que nos permite viajar, en este caso, por tres siglos de historia, del sur de Estados Unidos a Argentina, de Filipinas a Extremo Oriente. El lugar elegido fue la Casa Lonja, un edificio renacentista, construido sobre planos de Juan de Herrera, que estaba medio abandonado. Hubo incluso que desalojar a los okupas. El arquitecto Lucas Cintora lo adaptó para su nuevo uso. Se trajo mármol de Málaga para la escalinata y caoba de Cuba para las estanterías.
El edificio ha sobrevivido a los incendios, como el de 1982 sofocado por los conserjes o el de 1924.El fuego devoró entonces varios legajos en la sección de Contaduría, donde aún huele a quemado. Los escritos llegan por un túnel subterráneo a los puestos de trabajo de restauradores y científicos. Pero los documentos ya no se guardan en las estanterías de caoba. Se han trasladado a la Cilla del Cabildo. Armarios de acero protegen del fuego, la luz y la humedad.
En diciembre se cumplieron 25 años desde la declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad del conjunto formado por el archivo, la catedral y los reales alcázares. La efeméride estuvo a punto de ser empañada debido a la amenaza de la Unesco de incluirlo en la lista de bienes en peligro, por la construcción de un rascacielos en La Cartuja. En junio se reúne el Comité del Patrimonio Mundial en Camboya. Y evaluará si las administraciones hacen lo suficiente «para garantizar que los desarrollos urbanísticos no dañen la zona». La catedral y el alcázar reciben 1,2 millones de visitas al año; el archivo, unos 1500 investigadores.
Es un lugar de peregrinación para historiadores, novelistas y también para los cazatesoros, cada vez menos desde que España le ganó el juicio a Odyssey y se quedó con el cargamento de La Mercedes. Hay documentados 1580 naufragios de la flota colonial. El valor de nuestros pecios ronda los cien mil millones de euros... Una tentación. Pero cruzar los datos para averiguar qué lista de carga corresponde a cada barco es una tarea laboriosa. Hay que consultar 43.000 legajos, 80 millones de hojas, 8000 mapas, ocho kilómetros lineales de estanterías...
Los piratas de Odyssey contrataron a tres investigadores, entre ellos a Victoria Stapells. Y les pidieron que recopilasen información para realizar documentales. Cuando Stapells se enteró de que su trabajo había sido utilizado para otros fines, colaboró con la Guardia Civil. Su declaración jurada fue un testimonio esencial para los abogados de España.
Y es que los archivos son usados por los cazatesoros, pero también pueden ser su perdición. España recuperó las casi 600.000 monedas de La Mercedes gracias a una rigurosa investigación documental, no solo en Sevilla... Los archivos españoles son los grandes desconocidos de nuestro patrimonio, pese a que están entre los mejores del mundo. Aportan al PIB 677 millones de euros. Reciben cien millones de consultas a través de Internet y casi un millón in situ. El Archivo de Indias fue pionero en la informatización de sus fondos. No obstante, a los nativos digitales puede costarles entender que no todo está en la nube... aún.
Joyas del archivo
Un imán para los cazatesoros. El Archivo de Indias es la fuente más exhaustiva y completa de la época colonial. Solo el Archivo Secreto Vaticano tiene una aureola tan legendaria como este. Hablamos de 43.000 legajos, 80 millones de hojas, 8000 mapas, ocho kilómetros lineales de estanterías... Su detallada información sobre los naufragios es un imán para los cazatesoros.
Un buzo Del siglo XVIII. El alto número de naufragios en el Atlántico instó a los ingenieros a buscar soluciones en las tareas de rescate y hacer que los marinos aguantaran mucho debajo del agua. Este dibujo a pluma muestra uno de los primeros inventos. «Máquina hydroandrica o vestidura para cubrirse un hombre dentro del agua. Ese es el vestido o aforro exterior
Expedición a Tierra del Fuego, 1769. Por la importancia estratégica de la costa patagónica y la Tierra del Fuego como la llave de entrada al Pacífico, la Corona decidió ordenar en 1766 el establecimiento de una colonia y puerto de llegada en la costa de Patagonia. El motivo de la expedición que se ve en este dibujo fue reconocer la costa, reducir a los indios y evitar un posible establecimiento extranjero.
Tratado de tordesillas, 1494. Es uno de los dos documentos españoles que forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Tras el descubrimiento de América, la lucha por recursos entre Portugal y España se recrudeció. El tratado del 7 de julio de 1494, firmado por iniciativa del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia), zanjó el conflicto dividiendo el mundo en una mitad española y otra portuguesa.
Plano de la costa de Cavite y Manila, 1715. Uno de los grandes tesoros de la Casa de Contratación. El descubrimiento del mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa, la expedición de Juan Díaz de Solís y la de Magallanes fueron preparados y organizados por dicha casa y llevados a cabo por los capitanes de la misma.
Una labor titánica y rompedora
Más de un 30 por ciento de los documentos presentan problemas de legibilidad debido a su antigüedad y el deterioro natural. Por eso, la labor de los restauradores ha discurrido paralela a la digitalización de los fondos, iniciada en 1986 y que aún sigue. Esta no solo permite la consulta on-line, sino que ha introducido técnicas para eliminar manchas, tintas transparentadas o realzar otras desvaídas sin alterar los originales. La digitalización permitió a su vez limitar el acceso a estas joyas sin mermar su difusión.
Autor: Carlos Manuel Sánchez - XL Semanal
Para saber más: http://www.mcu.es/archivos/CE/ExpoVisitVirtual/visitas_WAI/fondos_indias.html. Completa página web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sobre el Archivo General de Indias.
Para saber más: http://www.mcu.es/archivos/CE/ExpoVisitVirtual/visitas_WAI/fondos_indias.html. Completa página web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sobre el Archivo General de Indias.
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