19 KILOMETROS DE ARCHIVO MUNICIPAL, HISTORIA DE LA PRENSA DESDE EL SIGLO XII
>> viernes, 6 de enero de 2012
El
ala Oeste del Conde Duque
http://ccaa.elpais.com/ 06/01/2012
Han tenido que pasar seis años y 70 millones de euros y el Conde
Duque vuelve a ser un cuartel militar. Aunque, sólo por fuera. Desde el día 1
de este nuevo año, los 58.777 metros cuadrados de este edificio, están abiertos
para uso y disfrute de todo aquel que quiera adentrarse en la memoria cultural
de Madrid. El ala oeste del Conde Duque ya cuenta con la biblioteca histórica
pública Victor Espinós, franqueada por el archivo de la villa y por la
hemeroteca, además de el teatro (250 butacas), el auditorio (300 localidades),
la sala de exposiciones, la de ensayo y el salón de actos, que fueron
inaugurados con anterioridad. El Conde Duque ya puede lucir su mejor desnudo
después de que el arquitecto Carlos de Riaño haya despojado sus muros de casi
300 años de ese enfoscado rosa que los recubría, y haya dejando sus ladrillos a
la vista. Y, por fin, se pueden recorrer sus tripas y los recovecos de su
memoria, después de que el responsable de infraestructuras del Ayuntamiento,
Juan José Echeverría, encargado de coordinar la distribución de sus espacios y
contenidos, haya dado por concluido el traslado del monumental archivo de la
villa (la institución cultural más antigua del consistorio) con 19 kilómetros
de estanterías bajo tierra; la hemeroteca, fundada en 1916 y con ejemplares que
datan del siglo XVII; y la biblioteca, que cuenta con un amplio catálogo
musical y otro digital.
Pero
además, el nuevo edificio del Conde Duque tiene un nuevo corazón, o quizá sería
mejor utilizar el símil del marcapasos. Es un órgano digital llamado
www.memoriademadrid.es que aglutina, exhibe, archiva, busca y en definitiva
marca el ritmo del nuevo centro cultural. Desde allí uno puede indagar en cosas
tan curiosas como que ocurrió en Madrid tal día como hoy pero hace dos siglos.
O recorrer la historia de la capital en imágenes. O enterarse de por qué se
comen uvas en la Puerta del Sol desde hace más de un siglo y no en cualquier
otro punto de la ciudad: “Porque un grupo de viticultores alicantinos consiguió
dar salida a sus excedentes de producción allí haciendo creer que consumirlas
el día de Nochevieja garantizaba buena suerte para todo el año”.
Espacios
y contenidos son la base de cualquier centro cultural que se precie, sin
embargo, a estos contenedores les hace falta alma. Cualquiera que descubra
estos días el ala oeste del Conde Duque se puede encontrar con la archivera
Carmen Cayetano, que lleva 39 años, desde que tenía 22, custodiando todos los
documentos que ha producido el Ayuntamiento desde el siglo XII. La pasión de
esta señora es tan grande como la del archivo al que ha dedicado su vida.
“Al
principio, una parte del archivo estaba en los sótanos de la Plaza Mayor, entre
bajantes de agua, ratones y cucarachas; Y, la otra, en una de las secciones de
objetos perdidos, aunque sabíamos donde estaban las cosas”, bromea. “Pero en
esa ubicación pasó la Guerra y no nos mataron a ningún archivero”, recuerda.
Ahora, en el nuevo y luminoso emplazamiento, al que se han traído hasta algunos
de los muebles históricos, la accesibilidad a los documentos es infinitamente
mayor: “Antes, algunos estaban a cinco metros sobre el suelo”, cuenta. En estos
momentos se encuentran inmersos en un ingente trabajo de digitalización de
todos sus fondos.
Cayetano
guarda secretos increíbles, como los planos de un hospital para apestados que
diseñó el arquitecto Juan de Villanueva (Madrid, 1739-1811) y que nunca llegó a
construirse. “Es un lazareto precioso”, dice admirando unos enormes planos que
abre cuidadosamente sobre una mesa y que muestran la planta de un edificio
hexagonal. “Había una epidemia de fiebre amarilla y diseñó un centro
hospitalario para cortar la carretera a la entrada la Ciudad de los Ángeles,
estaba rodeado por un foso”, señala.
En la hemeroteca municipal, que reúne 250.000 volúmenes de más de
cinco siglos de diarios, revistas y otros impresos, procedentes de todo el
mundo y archivados en 20 kilómetros lineales de estanterías, está Carlos
Dorado, su director. Un hombre capaz de recorrer la historia de la prensa de
Madrid “y mundial” al ritmo que marca su certero bastón. Otro enamorado de la
fragilidad de la prensa que ha contribuido a que hoy existan 17 millones de
páginas microfilmadas, desde 1984.
Fundada
en 1916, fue la primera hemeroteca de España, una institución que no tardó en
hacerse con una importante colección de fondos y que conserva hitos en la
historia de España, como los testimonios periodísticos del periodo de la Guerra
Civil.
La
nueva hemeroteca cuenta con una renovada sede para los espacios públicos y
administrativos propios de la institución y también se han renovado las
instalaciones de los depósitos donde se ordenan y conservan todos sus fondos. “Desde
aquí se puede hacer un seguimiento la historia de la prensa de Madrid, de
España y del Mundo”, asegura Dorado, “porque también conservamos multitud de
ejemplares de periódicos y revistas extranjeros”. Este ratón de hemeroteca es
incansable: “Nos hemos puesto a guardar todos los periódicos chinos que se
hacen en Madrid, aunque de momento no entendemos nada”, ríe. El siguiente reto
es conseguir digitalizar las colecciones en red, junto a los fondos de la
Biblioteca Nacional y el Ateneo: “Entre las tres instituciones se completarían
muchas colecciones”, asegura. Además, la hemeroteca ofrece un cómodo y
ecológico servicio por el cual te puedes llevar en un pen drive cualquiera de
las páginas digitalizadas. “Este tipo de posibilidad sólo la ofrecemos nosotros”,
dice.
La
Biblioteca histórica está especializada en Madrid y está fundamentalmente
orientada a la investigación. Pero la biblioteca digital es el corazón del
nuevo Conde Duque, su esencia. Según Echeverría está llamada a “convertirse en
centro de referencia de la conservación y el trabajo entorno a la historia de
Madrid y, en ese sentido, cobra un papel fundamenta”. Nace con el objetivo de
divulgar en la red (www.memoriademadrid.es) el conocimiento de la historia de
la ciudad de Madrid. Coordinada con el resto de instituciones de Conde Duque,
así como con la red de museos municipales, ya cuenta con cerca de un millón de
imágenes en formato digital, que sirven para mostrar la memoria de la ciudad de
Madrid. Gilberto Pedreira, su responsable, dirige a un equipo que realiza un
trabajo ímprobo de digitalización para mantener el latido de la cultura
madrileña desde este nuevo macrocentro.
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